Nacido en Azul, provincia de Buenos Aires, el 18 de enero de 1933. Con 44 años al momento de su deceso. Estudiante avanzado de Ciencias Económicas carrera que dejó de lado para dedicarse de lleno a la militancia. Ya jovencito, había sido secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de La Plata (trabajaba en el Policlínico San Martín de esa ciudad de diagonales) como así también, Secretario General de la Confederación General del Trabajo (CGT) seccional La Plata, Berisso y Ensenada. También participó del Congreso Normalizador de la CGT y de la conformación de las “62 Organizaciones Peronistas” en agosto de 1957. Precisamente en La Plata actuó en algunas acciones armadas como la recuperación de viejos fusiles máuser del Tiro Federal platense y fue encarcelado durante la vigencia del Plan Conintes, el 26 de abril de 1960, y en junio del mismo año trasladado a la cárcel de Ushuaia, recuperando su libertad en 1963. Toda esa acción político-militar desde sus inicios hasta ese presente, la realizó desde la Juventud Peronista platense (donde llegó a ser secretario político) y luego desde un grupo insurgente denominada “Dele-Dele”, cuya primera acción armada fue el asalto a un hotel alojamiento con dos armas: una pistola 22 de dos tiros y un pistolón del 44 sin balas, ya que eran difíciles de conseguir. Fue uno de los fundadores y activistas de la Guerrilla del Ejército Libertador (GEL). Preso político, fue liberado el 25 de mayo de 1973. Toda la etapa posterior, hasta el golpe militar de 1976 lo encontró en primera línea de lucha contra las dictaduras sangrientas y las burocracias sindicales serviles, acercándose por ejemplo al accionar de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) cuando tomaron simbólicamente la Ciudad de los Niños en La Plata, para que volviese a tener el mismo nombre con que Perón la inauguró en 1951. Cuando el general Videla irrumpió y cercenó nuevamente la democracia, Haroldo con otros compañeros estaban organizados a través de PROA (Partido Revolucionario de los Obreros Argentinos), conformado por gente proveniente del peronismo, el marxismo y la izquierda nacional. Logiurato era uno de sus dos secretarios generales. La gran mayoría de ellos, inclusive él, fueron cercados y masacrados por el Ejército, el 12 de junio de 1977, cuando estaban reunidos en una quinta de Marcos Paz, provincia de Buenos Aires, con la finalidad de instrumentar un repliegue ordenado hacia el exterior. También asesinaron (entre el 11 y el 16 de junio) a su hijo menor Fabián y a su hermano Luis. La moral revolucionaria de Logiurato, fue uno de sus fuertes y lo acompañó siempre. Este es un segmento del texto que envió desde la prisión (Penal de Resistencia. 14/12/62) a su esposa Hilda “Luli” Díaz. A ella le expresa: “Siempre está presto el calificativo de turno para hacernos aparecer como desviados de nuestros principios ideológicos, esos principios que ellos no conocen o por lo menos no comprenden. Pero nosotros debemos estar por encima de todo eso, no nos podemos detener en estas cosas los que hemos llegado a la lucha por una cuestión de conciencia, porque hemos comprendido todas las verdades del proceso histórico y nuestra conciencia no nos ha permitido quedar impasibles frente a la explotación y el sometimiento (…) Muchos como yo, no hemos llegado al Movimiento alentados por ninguna ambición personal, todo lo contrario, porque teniendo la clara visión de lo larga que sería esta lucha, podría haberme dedicado a mi interés personal y esperado el momento oportuno para aparecer en el panorama político. Podría haber terminado mi carrera y ser hoy un brillante profesional y ostentar mi título de doctor tan respetado por la mentalidad burguesa (…) Pero yo tengo demasiada moral para ello y elegí el camino que mi deber me marcara, aunque fuera el más difícil”.