El compañero Jorge Julio López fue secuestrado el 27 de octubre de 1976 y liberado el 25 de junio de 1979 por la última dictadura militar. Golpeado y picaneado pasó por el “Pozo de Arana”, un par de comisarías de La Plata, y ya legalizado, por la Unidad Penal Nº 9 en Olmos. Procedente de General Villegas (provincia de Buenos Aires), de profesión albañil, militó y dio su apoyo a la Juventud Peronista de la década del ’70, desde una Unidad Básica (“Juan Pablo Maestre”) en el proletario barrio de Los Hornos. En el 2006 fue testigo judicial contra el genocida comisario de la bonaerense, Miguel Etchecolatz, en la causa que se le seguía por la tortura y muerte de dos militantes montoneros: Patricia Dell’Orto y Ambrosio De Marco. Al respecto, públicamente, dijo Don López refiriéndose a los militantes de esa organización guerrillera peronista: “que fueron los únicos valientes que hicieron frente a 240.000 hombres armados”. López había acordado el domingo 17 de septiembre de 2006 ir al día siguiente, lunes, con su hijo hasta el Palacio Municipal de La Plata, donde iban a leerse los alegatos en el juicio contra Etchecolatz. Pero cuando su hijo pasó a buscarlo por su casa no lo encontró ni tampoco llegó a la audiencia. Desde aquellos días, Jorge Julio López –de 77 años- sigue “desaparecido” y multitudinarias manifestaciones cada año han pedido por su “aparición con vida”. La Agrupación Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad colocó, el 19-3-2007, una placa de cerámica que recuerda a Jorge Julio López y reclama su aparición con vida. El cerámico, confeccionado por obreros de la FA-SIN-PAT (Fábrica sin Patrones), la empresa neuquina recuperada por sus trabajadores, fue colocado en la fachada del Bar “Miramar”, en la intersección de la Avenida San Juan y la calle Sarandí.