“Pepe”. Hombre de la Resistencia Peronista en el Norte argentino. Para ser exacto en Santiago del Estero, en las Termas de Río Hondo. Un relato de Pablo Cristoff, periodista y vecino de la ciudad, que contaba con 18 años de edad en 1955, expresa: “Había 15 mil habitantes. Funcionaban algunos hoteles; en la calle San Martín se encontraba la terminal de ómnibus; en el edificio donde ahora dicta clases el Colegio Mariano Moreno, funcionaba un Hospital Hidrotermal; y en el lugar donde en la actualidad se encuentra el Registro Civil, había una estación de trenes. No existía el dique frontal, la costanera, el autódromo, el centro cultural ni el polideportivo. La ciudad era un pueblo en crecimiento que visitaban turistas de la tercera edad. Lo que si existía era la plaza “Eva Duarte de Perón” y en ese espacio público se encontraba el busto de Evita. El 16 de septiembre de 1955 se produce un nuevo golpe de Estado en Argentina que interrumpe la segunda etapa de ese gobierno y asume el poder una dictadura militar autodenominada ‘Revolución Libertadora’. A fines de octubre de ese año, vecinos radicales –de la U.C.R.- se presentaron en la plaza con un camión, ataron el busto de Eva Perón con una soga y lo tiraron y arrastraron por las calles del pueblo”. Un grupo de peronistas entre los que estaba José Dalmacio Loto, días después, localizaron el camión que se usó para tirar el busto y lo quemaron. Fue quizás el primer acto de la Resistencia Peronista en esa ciudad. “Pepe” Loto siguió peleando por el regreso de Perón a nuestra patria y estuvo ligado a otro resistente de fuste como Andina Lizarraga (ver su registro) y a la experiencia guerrillera peronista de los Uturuncos. Con la democracia fue intendente de Las Termas en 1973 pero dejó el cargo antes del fin de ese año. Con la última dictadura cívico militar que asoló nuestra patria, perdió dos hijos militantes peronistas enrolados en Montoneros: Daniel Roberto Loto y José Teodoro Loto (ver sus respectivos registros).