Roberto
Baschetti

Loureiro, Juan Carlos

Debido a un fatal accidente fallece el 17 de octubre de 1968. Dejó una esposa y dos hijos; de dos años y dos meses respectivamente. Fue dirigente del gremio de los ferroviarios y Secretario General de Acción Sindical Argentina (ASA), una agrupación combativa que dará años más tarde a muchos de sus cuadros para el proyecto nacional, popular y revolucionario, encabezado por Montoneros. ASA, era la filial local de la Confederación Latinoamericana de Sindicalistas Cristianos (CLASC). Loureiro era un dirigente que se destacaba por la humildad, la austeridad y la autenticidad en que desarrolló su vida militante. La palabra y el ejemplo de este compañero, aportó siempre un elemento valioso y positivo que influyó mucho, sobre todo en la juventud, que vió en él, a un verdadero militante cristiano comprometido con los trabajadores y con los pobres. En el campo sindical se caracterizó por jugársela, sin concesiones ni trampas, por los principios de lucha de la clase trabajadora. Cuando sucede la huelga de los portuarios (la primera que se le hace a Onganía) y casi la totalidad del movimiento obrero se preguntaba que hacer frente al gobierno dictatorial, Loureiro tomó una actitud combatiente y fue solidario con la causa de los huelguistas. Cuando se conformó la CGT de los Argentinos, este dirigente fue uno de los pocos que se sumó con toda energía y lealtad, a esa nueva etapa de lucha de los trabajadores. En el seno de dicha central obrera desarrolló una solidaridad manifiesta con los trabajadores azucareros de la FOTIA y con el pueblo de Tucumán. Su voz se elevó en el Congreso Normalizador “Amado Olmos”, proyectando su apoyo a la plataforma y línea de acción que inspiraron desde aquel entonces la conducta de los trabajadores combativos. En el momento de su muerte, era miembro de la Comisión Coordinadora Nacional Ferroviaria. Como dijeron en la revista “Cristianismo y Revolución” con motivo de su deceso: “Si alguna vez fue cierto de que los valores morales, de que la humanidad y el coraje, de que la solidaridad y la decisión se encarnan en la militancia revolucionaria que se propone la creación del Hombre Nuevo, en el caso de Juan Carlos se cumplió como una verdad vivida intensamente y hasta las últimas consecuencias”.