Falleció el 24 de octubre de 2010. “Desde muy joven formó parte de la Resistencia y como militante de la Juventud Peronista enfrentó a las dictaduras de Onganía, Levingston y Lanusse; participó del Cordobazo y otros estallidos sociales. Ese desparpajo deshinbido logró, que junto a otros miles igual que él, trajeran a Perón en 1972 bajo la consigna de ‘Luche y Vuelve’, lo que llevó luego a la primera magistratura al Tío Cámpora. Luego vino una resistencia mucho más feroz que las anteriores: fue a la más sangrienta dictadura que la historia argentina puede contar (a partir de marzo de 1976). Pero ‘Tomate’ Luque, continuó militando –teniendo miedo como todos- pero con una pujanza que venía de los compañeros que ya no estaban. Luego nos ilusionamos con la irrupción de una democracia en serio, donde mandara el ‘demos’, el ‘ágora’ y no las corporaciones. En ese sueño veíamos la liberación de todos los presos por causas políticas y la vuelta de los exiliados, no para que nos mostraran sus oropeles, sino para seguir combatiendo por la patria liberada con justicia social. Luque en los ‘80 formó parte de Intransigencia y Movilización Peronista (IMP) y participó activamente en el reagrupamiento de la J.P., movilizando a decenas de miles de jóvenes nuevamente. Durante los ‘90 enfrentó al neoliberalismo desde la resistencia, refugiado en la auténtica identidad peronista y en la militancia barrial. Conjuntamente con tantos otros compañeros lograron derrotar a los que traicionaron con la ‘camiseta peronista’ a la Patria y vendieron al país, regalando nuestra identidad e hipotecando el futuro. Desde mayo del 2003 militó enérgica y entusiastamente por la consolidación del rumbo iniciado de la mano del compañero presidente Néstor Carlos Kirchner. ‘Tomate’ Luque, como Néstor y Cristina formában parte de una generación diezmada, pero con las convicciones intactas. Ahí se lo vió al compañero esperanzado por la situación histórica que nos tocó vivir, de consolidación de la democracia, de recuperación de la mística militante, de fortalecimiento de nuestra identidad y de una cultura nacional y popular a pleno. Luque nunca olvidó sus orígenes siendo un compañero fiel, leal al pueblo, bien de base. Fue un hombre alegre, gracioso, humilde, solidario y por sobre todas las cosas optimista, contagiando con su ejemplo, convicción y fe. Militaba sin descanso a la par que los más jóvenes. Peronista sin ambigüedades, siempre estuvo dispuesto a hacer, siendo mucho más amigo de los hechos que de las palabras. Su vida estuvo dedicada plenamente a la militancia y a la solidaridad. Apóstol de la causa más noble del pueblo, caminó incansable en las marchas, se metió a patiar en los barrios como pocos, convenció incrédulos y participó de innumerables reuniones, tocó miles de timbres y repartió millones de volantes. El día anterior a su inesperada muerte, había viajado desde el Bajo Belgrano hasta el Bajo Flores a buscar unos periódicos para repartir ese fatídico domingo, en una reunión que organizó con los compañeros del barrio. Así terminó su vida como la vivió: militando. Se acostó cansado por todo lo que hizo y pensó en todo lo que faltaba hacer. Contento, con la tranquilidad de los que dejan lo mejor de sí por una causa noble; seguramente pensó que la patria grande y la sociedad más justa por la que lucharon y dieron la vida tantos de sus amigos y compañeros, está un poquito más cerca con la nueva historia abierta con Néstor”. Testimonio de Santiago “Coco” Plaza.