“Sami”. Con 19 años de vida estaba terminando su secundario y militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en la Escuela de Educación Técnica N° 12 “Libertador General San Martín” de Capital Federal. Fue secuestrado el 26 de septiembre de 1978 en el barrio porteño de Balvanera (Av. Corrientes 2052 – 2º B, en el departamento de sus padres con quienes vivía). Fue visto con vida en el CCD “El Vesubio” antes de su asesinato. Otro amigo de Sami, Fernando Caivano, la pasó mal sin comerla ni beberla; ya que había sido él también militante de la UES en 1976, pero un año después dejó de hacerlo, debido a la devastación general que se había producido. La cuestión es que antes de que cayera Lutman, a mediados de septiembre, organizaron de encontrarse para hablar de viejos tiempos, de la amistad, del compañerismo, de amigos en común, en fin, de todo un poco. La cita era en la confitería “La Giralda” de Avenida Corrientes. Cuando llegué, dice Caivano, “lo ví a Sami que estaba en la mesa del fondo, al lado del mostrador, cuando me siento en la silla me toman de atrás, alguien me abraza mal y entre varios me levantan para meterme en el baño, donde me golpean, donde dicen que no me resista, me sacan en el aire, y desde el aire puedo ver como un tipo agarra de los pelos a Sami y lo lleva a la calle. En la vereda veo que a Sami lo cargan en un auto mientras a él lo suben al auto de atrás. Me golpean, uno me pregunta por las pastillas (de cianuro) y yo como un tarado le doy pastillas de mentol que tenía conmigo; me cagaron a palos y me ponen contra el piso del auto. Pasamos algo que parecía un control, paran, después otro, me bajan del auto y lo escucho a Sami que grita como que lo bajan a las patadas, y ahí no lo vi más, no supe más nada de él”.