Estaba casado con Mirta Misetich. Se conocieron en la década del ’60 cursando Sociología en la UBA. Empezaron a trabajar. Mirta como programadora de IBM en Bunge & Born. Maestre se especializó en Marketing y consiguió trabajo en Gillette. Maestre venía de una familia numerosa de 8 hermanos que abrazaba los ideales peronistas y que daba gracias permanentemente a Perón y Evita, porque la casa en que en un principio todos vivían, en Ezeiza, les había sido otorgada por la Fundación Eva Perón. Su papá fue Buenaventura Luna y murió cuando Juan Pablo tenía 12 años; de él heredó seguramente su amor por la guitarra y las canciones de nuestra tierra. Maestre, durante su paso por la universidad militó en grupos del nacionalismo popular revolucionario y siempre se identificó como un peronista más; también trabajó como bibliotecario en la Facultad de Filosofía y Letras. Mirta educada en colegios religiosos compartía la misma fe política que su marido. Ambos fueron secuestrados el martes 13 de julio de 1971, cuando dejaban la casa de los padres de Mirta en Amenábar 2224, barrio de Belgrano. En plena calle, a plena luz del día. Un hecho inaudito para la época que se tradujo con el pasar de los días en una inmensa solidaridad de muchos sectores de nuestra población que exigían la aparición con vida de estos dos jóvenes militantes. Se supo luego que los secuestró la Policía Federal y se los pasó al Servicio de Inteligencia del Ejército. De ella nunca se supo más nada. El cuerpo de él, apareció parcialmente mutilado y con dos disparos mortales, en Escobar, provincia de Buenos Aires al costado de un camino de tierra. El sepelio en la Chacarita, reunió una multitud que acompañó a Juan Pablo Maestre hasta su última morada y transformó el dolor existente en un acto político. Allí Bernardo Alberte, un militar peronista revolucionario, leyó un comunicado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) donde reivindicaban al caído como uno de los suyos; jefe del grupo que en Pilar asaltó un camión militar con armas y que en Garín tomó por asalto esa ciudad. Terminó su discurso así: “Juan Pablo Maestre, con las palabras de San Martín te despedimos: Libres ó Muertos. Jamás Esclavos”. Pese a la gravedad de los hechos acontecidos que tuvieron por epicentro las vidas de Juan Pablo y Mirta, ni el presidente de facto (Lanusse) ni el ministro del Interior (Mor Roig) se sintieron obligados a renunciar a sus cargos.