Nacido en Capital Federal el 27 de mayo de 1945. Docente. Físico. Fue delegado gremial en el diario “La Nación”, empresa que lo despidió en junio de 1975. Secuestrado-desaparecido, a la edad de 32 años, en la vía pública, el 14 de mayo de 1977. Resistió y llegó muerto a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Militante en el Bloque Peronista de Prensa y luego integrante de la dirección de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP). Montonero como su esposa y compañera, María Cristina Solís, que también está desaparecida (ver su registro). Los esfuerzos de ambos estuvieron orientados a luchar por los derechos de los trabajadores de prensa y a frenar el avance de la derecha lopezreguista en el gobierno popular. Dejaron dos hijos: Eva Victoria y Pedro Manuel. A sus compañeros del diario, cuando enfrentaban a la patronal mitrista, Francisco solía recordarles: “Si la gente no sabe porque pelea, va a pelear mal” y a los “cumpas” de JTP, siempre les decía que: “A la gente hay que hablarle de lo que ve y sufre y no de lo que creen que se sufre los que no conviven con ellos”.