57 años. Asesinado en la Capital Federal. Extracto de la nota aparecida en el matutino porteño “Tiempo Argentino” con motivo de cumplirse diez años de la pueblada que dio por tierra con el gobierno entreguista de De la Rúa: “El 20 de diciembre de 2001 por la mañana, Alberto había estado hablando con su hija Claudia para organizar las fiestas de fin de año. Fue su última conversación. Horas más tarde lo asesinaron con dos balazos en el tórax, durante la represión policial en la avenida 9 de Julio y la calle Sarmiento, donde había ido para protestar contra las medidas de ajuste del gobierno aliancista (…) Era productor independiente de seguros y durante toda su vida había militado en la Juventud Peronista. ‘Lo que más duele es haber perdido al abuelo de mis hijas, que no pudieron disfrutarlo. Mi viejo es un héroe, porque forma parte de la historia, porque hizo que un presidente tuviera que renunciar’, recordó Claudia”. Habla de ese presidente parecido a un monigote, que el comandante Fidel Castro llamó “lamebotas de los yanquis”; y está todo dicho.