“Falleció a la edad de 60 años por una cirrosis hepática. Alejandro, El Gordo, para todos sus amigos, fue un militante muy renombrado de la Juventud Universitaria Peronista en la Universidad de Río Cuarto entre los años 1972 y 1975. Conocido por defender causas justas, a su manera particular y sin hacer caso a los convencionalismos ni a las poses, hizo ostentación de un sentido del humor formidable. Padeció 7 años de cárcel injusta por ‘subversión ideológica’. ¡Cáspita! Era muy inteligente para andar suelto en los años de plomo. Nos dejó hace unos meses y quedamos sorprendidos por su muerte repentina. Nos había acompañado en la Asociación de ex Presos Políticos, desde sus comienzos en Río Cuarto. Quien conocimos a esta excelente persona pensamos que de no haber estado en la cárcel y de no haber sufrido aquel trauma tremendo, es posible que estuviera todavía entre nosotros acompañándonos y con buena salud. No podemos probarlo, pero lo sentimos así. Lo llevamos siempre en nuestro corazón”. Rosa Salinero.