Pocos hombres han sido tan buscados por las fuerzas de la represión como el “Colorado” Miani: oficial Montonero en el Area Federal que actuaba bajo el nombre de guerra, “Felipe”. El porque de ello se develará al leer este relato. Nació el 30 de enero de 1940, en Cañitas, Departamento San Justo, provincia de Córdoba. Al cumplir con el servicio militar obligatorio en 1960 sufrió un accidente con un proyectil que le detonó en la mano. A consecuencia de ello se le amputaron las falanges del dedo índice y mayor de una mano. Militante peronista, recibe instrucción militar en Cuba entre 1972/73 sobre fabricación de armamentos. A mediados del 73 en su Córdoba natal instala un taller de tornería con ese fin, realizándose las primeras experiencias con granadas de fabricación propia. Ya para entonces Miani es ingeniero mecánico. Luego de la fusión de FAR y Montoneros en octubre de 1973, la infraestructura se agranda considerablemente. Bajo la cobertura de una fábrica de amortiguadores comprada por la misma organización guerrillera peronista se desarrollan los proyectos de las granadas SFM4, la tromba lanza granadas y hasta un prototipo de lanza-cohetes. Además de “Felipe” trabajaban allí, entre otros, los hermanos Jorge y Gustavo De Breuil y “Andresito” Osatinsky. A medidados de 1974 se decide trasladar la fábrica a Buenos Aires tomando en cuenta las mayores posibilidades de cobertura en una ciudad tan grande. El servicio queda a cargo del “Gallego” Luis Marín (oficial montonero) y se incorpora “El Alemán” Yung. “Felipe” Miani abandona su trabajo en la fábrica de rastrojeros IME donde se desempeñaba como ingeniero y se traslada a Buenos Aires para sumarse al grupo. Un colaborador de las FF.AA., el ex montonero Gustavo Contepomi (“Pablo”) en un informe que hace en Córdoba con fecha 10-9-76 alerta sobre quien es el “alma mater” del equipo: “Felipe es un ingeniero muy capacitado, está en condiciones seguramente legales, y es posible que por este motivo, exista alguna infraestructura de la Fábrica (de armamentos) ‘Sabino Navarro’ del Area Federal a su nombre; tiene todas las condiciones necesarias para suponer tal cosa: 36 años, ingeniero y un aspecto de seriedad y madurez”. El Grupo de Tareas (GT2) intensifica su búsqueda: primero descubre que una firma denominada “Metalúrgica de Precisión” está a su nombre; de allí sacan la dirección de su domicilio actual. “Con fecha 29 OCT 76 en horas de la madrugada se realizó procedimiento de oportunidad en el domicilio del causante (Suárez 1163. P. Baja, Dto. “B”, Capital Federal) secuestrándose documentación de muy escaso valor informativo. Por la forma en que se halló el departamento se deduce que el causante desapareció del mismo en forma presurosa”. Miani alquilaba ese departamento, por lo que el paso siguiente fue dar con el propietario del mismo y pedirle el contrato de locación. Allí figuraba como domicilio legal de Luis Fermín Miani, la calle Chascomús 31 de la localidad de Villa Domínico, Avellaneda, provincia de Buenos Aires. A llegar la patota armada se encuentra en el lugar con otra “fábrica de amortiguadores” que es allanada y en base a las declaraciones de los vecinos, constatan que Miani y los demás integrantes de la “empresa” habían dejado el lugar en forma presurosa, alegando que lo hacían a causa de un accidente que habría sufrido un familiar de Córdoba. El informe que brinda el GT2 a sus superiores de Inteligencia, cierra con estas palabras: “Inspeccionada la fábrica no se halló ningún tipo de material que vincule a la misma con la OPM Montoneros, pero algunas características, como por ejemplo no hallarse reloj-tarjetero de control de personal ni planillas de asistencia, como así tampoco recibos de sueldo de los mismos, hace presumir que en el lugar trabajaban exclusivamente integrantes de la organización, habiendo ‘limpiado’ el objetivo”. El cerco se iba cerrando. El “Colorado” Miani resistió 7 meses más. Hasta que fue secuestrado-desaparecido en Rosario el 21 de mayo de 1977. Una vez vuelta la democracia a la Argentina, la Comisión Peronista de Derechos Humanos se preocupó por su suerte, pero sus restos aún no fueron recuperados por sus deudos.