Falleció a los 43 años por las torturas padecidas a manos de la policía. Era un obrero textil, peronista, padre de 4 hijos. Fue secuestrado de su casa en Lanús, a las 6,30 hs. de la mañana, el 11 de marzo de 1972. Debido a que varias organizaciones piden su aparición con vida (Partido Justicialista, CGT, etc.) el Ejecutivo debe blanquear su “desaparición” y lo hace ingresar a la cárcel de Olmos acusándolo de delitos contra la propiedad; lo que es una burda mentira, ya que Monti era un resistente peronista a la dictadura militar del general Lanusse. Entra en un estado de salud tan lamentable, que el médico de guardia de la prisión lo revisó y levantó un acta para deslindar responsabilidades. Golpeado con palos y cadenas, tenía los testículos irritados por la picana eléctrica y también lesiones internas severas por lo que defecaba sangre. Muere un día más tarde. Monti tenía un pasado como pugilista en la categoría mediopesado y antes de los combates aparecía en el ring con una bata que tenía impreso en su espalda, el lema “Perón Vuelve”.