Roberto
Baschetti

Muniz Barreto, Diego

Aclaro; “Muniz” sin eñe. Nació el 28 de enero de 1934 en Mar del Plata, provincia de Buenos Aires. Descendiente de una familia portuguesa fundadora de Bahía, Brasil. Sus padres eran Antonio Zacarías Muniz Barreto Sáenz Valiente (coleccionista de Arte) y Jacoba Delia Bunge Achával (huérfana, criada en un internado inglés). Se crió entre mayordomos polacos e institutrices inglesas. Se casó con María Teresa Escalante Duhau y tuvo tres hijos: Juana, Diego y Antonio. Hombre de gran fortuna heredada (tráfico esclavista de sus bisabuelos, industrias, inmuebles, acciones y campos), en su juventud fue un furioso antiperonista. Con 20 años y algunos amigos chetos de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) intentó matar a Perón en un aniversario del 17 de Octubre por medio de un jeep lleno de explosivos, eso fue en 1953. Comando civil. Como algunos jovencitos de la época, hizo luego “su camino de Damasco” y pasó a ser un peronista convencido, en la necesidad de desarrollar en Argentina, un nacionalismo popular revolucionario. En un principio se conectó con los muchachos de la Juventud Argentina para la Emancipación Nacional (JAEN) a quienes proveía de dinero y explosivos. Extraía gelinita, amonal y gelamón de minas de su propiedad y se las hacía llegar por vía aérea. Para entonces dejó de trabajar como asesor de Pesca en la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia durante el gobierno del dictador Onganía. Se acercó a Montoneros. Viajó a Libia a ver al coronel Kadhafi y se trajo cohetes autodirigidos para la “orga”. Fue uno de los que financió la campaña electoral del peronismo en 1973 y en las elecciones del 11 de marzo fue elegido por el voto popular, diputado nacional. (Antes, perseguido por la dictadura militar de Lanusse fue a parar a la cárcel de Rawson en Chubut. Ese paso detrás de los barrotes lo hizo más peronista y revolucionario que antes. Recuperó su libertad el 15 de diciembre de 1972). En mayo de 1974 renunció a su cargo legislativo con el resto de los diputados juveniles de la Tendencia Revolucionaria del Peronismo en desacuerdo con las reformas represivas al Código Penal. Como dijo J.D. Farji: “Esa fue una lección de honestidad política como pocas veces se ha visto en la historia política argentina posterior. Aun repudiando el accionar del ERP, estuvieron dispuestos a discutir públicamente con la figura que ostentaba el liderazgo y la autoridad política del movimiento al que pertenecían y del país, y sostuvieron que la represión no era el camino”. También aporta dinero a los disidentes montoneros cordobeses de la “Columna José Sabino Navarro” y los ayuda a editar su revista “Puro Pueblo” que tiraba 20 mil ejemplares. Ignacio Vélez, su amigo, lo recuerda con mucho cariño: “Una vez nos avisan que los fachos iban a tomar la Facultad de Derecho, por lo que nos atrincheramos adentro para defenderla. En algún momento yo hablo con el Diego por teléfono que vivía en un departamento de la calle Posadas; y lo veo al rato venir por la explanada, caminando adelante y Mariano Insúa y su chofer con dos escopetas caminando atrás: ese era el Diego. El mismo que nos financia, nos ayuda a nosotros con varios números de ‘Puro Pueblo’, la revista que sacan los ‘Sabinos’. Se enamora perdidamente de la diagramadora de la revista y se la lleva a Europa. Un niño ‘bien’ que se enamora de la ‘laburante’, ese era Diego (…) un ‘enfant’ terrible que había heredado mucha guita”. Muniz Barreto fue secuestrado por el Ejército en Escobar, provincia de Buenos Aires, el 16 de febrero de 1977, junto a su chofer Juan José “El Negro” Fernández, un militante de Juventud Peronista que hacía también las veces de secretario y guardaespaldas y que antes había sido rugbier en el club Regatas Bella Vista. Con su detención directa tuvo que ver en un principio el por entonces comisario de Escobar, Luis Patti que luego fue juzgado y condenado por ese y otros crímenes, con el regreso de la democracia. Fueron llevados a Campo de Mayo y torturados tres días sin parar. Luego los tiraron en estado de inconsciencia en el río Paraná adentro del coche en que los habían capturado. Eso fue el 6 de marzo del mismo año. Diego murió. “Juanjo”, sobreviviente, aprovechó las sombras de la noche para salir del catafalco con ruedas y nadar hasta la otra orilla. Sobre Diego Muniz Barreto en cautiverio, dijo: “El Gordo no les dijo una palabra. Se reía de ellos y los puteaba”. Los yanquis también lo tenían marcado. En la revista “Time” del 10 de septiembre de 1973, se puede leer un artículo de casi una carilla que lleva por título “WhereTerrorismisTolerated”, ilustrado con una foto suya que lleva como epígrafe “TerroristsupporterMuniz Barreto at home”. En el juicio que se lleva adelante en 2011, se ha pedido la pena de cadena perpetua para el ex profesor de la Universidad Católica de Salta (UCASAL), Martín Rodríguez, oficial de Inteligencia con destino en la Guarnición Militar de Campo de Mayo y con dependencia del Comando de Institutos Militares. Un reconocimiento: a partir del 31 de agosto del 2012 una de las principales avenidas de la localidad bonaerense de Castelli lleva el nombre de Diego Muniz Barreto. El cambio de denominación de la avenida, que se llamaba Martínez de Hoz –por el abuelo terrateniente del ex ministro de Economía de la dictadura- fue iniciativa de Francisco Echarren, intendente de Castelli, con motivo del 147º aniversario de dicha ciudad bonaerense y contó con la aprobación por unanimidad del Concejo Deliberante local. La última información en este caso (hasta ahora), es que el 3 de abril de 2016, detienen al capitán del Ejército afectado al sector de inteligencia, Rafael López Fader, acusado del secuestro y asesinato de Diego Muniz Barreto. Luego de marchas y contramarchas judiciales, no hay hasta hoy (marzo de 2019) una sentencia definitiva sobre este individuo. Cabe acotar, que en 2021 el Licenciado en Historia, Adrián Pérez, escribió un libro sobre la vida y acción militante de Muniz Barreto que llevó por título: “Hasta la victoria, always”. Nueva información con fecha 12-9-2023: La Fiscalía y la querella de la familia del ex diputado peronista Diego Muniz Barreto, pidieron la prisión perpetua del ex comisario de la bonaerense por el homicidio de este compañero, sucedido en marzo de 1977 y fraguado como accidente. La petición fue aceptada el 10 de octubre de 2023. Con ésta, el represor, sumó su cuarta condena a reclusión perpetua por delitos relacionados al terrorismo de Estado.