“Pato Lucas”. Nacido en Haedo, provincia de Buenos Aires, un 21 de febrero de 1944. Su padre que gustaba de la música y su tío tenían en conjunto una zapatería en la zona. El 17 de noviembre de 1972, luego de 18 años de injusto exilio, Perón regresa a la Patria. La dictadura de Lanusse con el fin de evitar el contacto entre el Lider y su Pueblo, tiende un cerco de 20 mil soldados alrededor del aeropuerto de Ezeiza. Bajo la lluvia, y a campo traviesa, miles de jovenes y viejos peronistas intentan acercarse. Una película realizada en Super 8, sin sonido y en blanco y negro, por el entonces militante de Juventud Peronista en el barrio de Mataderos Carlos Nine, luego reconocido dibujante e ilustrador de fama mundial, es un excelente documental –puede verse en youtube- que se titula “Marcha sobre Ezeiza” y que fue pasada incontables veces en las Unidades Básicas de todo el país, también en villas, barrios y clubes, en el marco de la campaña “Luche y Vuelve” que le permitiría luego ganar las elecciones al peronismo, el 11 de marzo de 1973. La cámara se detiene en las imágenes paradigmaticas del cruce del rio Matanzas, todos con el agua hasta la cintura y demuestra la fe y el amor inquebrantable de un pueblo para con su Jefe, venciendo todos los obstáculos que salen a su paso, en aquel aciago día de frío y lluvia sin parangón. Además, el valor de la película está dado porque se filmó desde adentro de la marcha misma. Dirá Nine: “Ese día la lluvia era implacable. Yo no me explico como filmamos. El agua entraba en la cámara y cuando cambiabamos el casete, había que sacar primero el agua y después poner uno nuevo y la cámara seguía filmando. Eso era la increíble. Como éramos tres, (él, otro uruguayo y un tercero chileno por parte de madre) si te corría un milico, le tirábamos la cámara al otro y ese seguía la posta…”. El corto cinematográfico, luego del golpe del ’76 estuvo oculto durante 30 años y se proyectó el 11 de marzo de 2004 en la puerta de la fábrica recuperada IMPA, como homenaje a un nuevo aniversario del triunfo electoral del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI). Recordando nuevamente aquella época y reafirmando lo hasta ahora dicho, dice Carlos Nine: “La llegada de Perón significaba hacer una grieta en la dictadura. Algunos dicen que la dictadura de Lanusse era más blanda comparada con la que vino después. Es mentira, era una dictadura de la puta madre, hay que acordarse de la Masacre de Trelew en agosto del ’72. La consigna ‘Luche y Vuelve’ impulsaba a la gente a salir a la calle, después existieron las contradicciones de Perón, pero en ese momento era un ariete y gente que no era peronista también salió a la calle. Tenía esa cosa de jolgorio, de vamos todos. A pesar de los tanques, las tanquetas y la gendarmería, la gente iba igual (…) Después íbamos a una fábrica, a una villa o al conservatorio de Arte Dramático con la película y la pasábamos. En la villa para la proyección llevábamos una sábana. Era tan directa la trasmisión de la imágen con el espectador, que cuando aparecían los milicos, los chicos tiraban piedras a la sábana”. Exiliado, Nine alcanzó su consagración en Francia, publicó más de 20 libros, fue Premio Konex de Platino 2012 y sus trabajos se apreciaron en las tapas de “Humor” y “Fierro” y en periódicos como “The New York Times” y “Le Monde”, entre otros. Discípulo de Alberto Breccia –otro que vivió en Haedo-, también fue ilustrador (por ejemplo, del libro “Crónicas del Ángel Gris” de Alejandro Dolina), escultor, pintor, caricaturista y realizador de films animados. Nine también cuando militó, fue uno de los creadores de la revista de historietas de la Juventud Peronista, “Doña Robustiana” en 1972-73. Donde los personajes principales eran una matrona con ruleros y batón, peronista hasta el caracú que siempre iba al frente y un “Super Pocho” que peleaba contra los villanos. Carlos Nine falleció a los 72 años, el 16 de julio de 2016 en Olivos, provincia de Buenos Aires. Sospechosamente, o no, en los recordatorios aparecidos en los diarios “La Nación” y “Clarín” sobre su vida y su obra, se omite su militancia peronista juvenil y la dirección del documental al que hago referencia en este registro. Un párrafo aparte para Carlos Nine, su familia y la clase social a la que se rodeaba antes de militar. Dirá en una entrevista que le hicieron en 2007: “Mi introducción al peronismo se la tengo que agradecer a mi familia, que era muy ‘gorila’. No te quedaba otro remedio. Yo era pibe. Tendría 10 u 11 años, pero verlos festejar cosas como el bombardeo a Plaza de Mayo me pareció una cosa dantesca”. Y sobre la improvisada fiesta popular en Vicente López a partir del 18 de noviembre de 1972 con el regreso de Perón y que él filmó: “Para los vecinos eso debió ser como una maldición bíblica: árboles llenos de peronistas gritando como frutos malditos…”.