Roberto
Baschetti

Nívoli, Mario Alberto

“Marcelo”. Nació el 25 de abril de 1948 en Ucacha, provincia de Córdoba. Casado. Técnico electricista y estudiante de Ingeniería en la Universidad Nacional de Córdoba. Como militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) participó y fue uno de los responsables del Operativo de Reconstrucción “Brigadier General Estanislao López” realizado en el Norte de la provincia de Santa Fe, en enero de 1974. Abrazó la causa montonera. Secuestrado en su domicilio de Barrio General Paz, Córdoba, el 14 de febrero de 1977, por personal de la Tercera Sección de Operaciones Especiales (OP3) perteneciente al Destacamento de Inteligencia 141, dependiente del III° Cuerpo de Ejército. Visto con vida en “La Perla” antes de su asesinato. Su hija Soledad tenía tan sólo 4 meses de vida cuando su papá fue “desaparecido”. Sin embargo, con el paso del tiempo llegaron a sus manos un sinfín de diapositivas de paisajes, sacadas con la mirada de su progenitor. Con todo ese material fotográfico y emotivo, Soledad decidió confeccionar un pequeño homenaje a su padre; un ensayo documental que se convirtió en muestra y se expuso en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) donde ella da clases y en el Museo de la Memoria de esa misma ciudad, en abril de 2007. Otro aporte sobre su bonomía de bien, lo brinda Eduardo Jozami en su libro “2.922 días. Memorias de un preso de la dictadura”, cuando rememora que en la cárcel de Sierra Chica: “Marcelo (Nívoli), montonero experimentado, dirigente de alguna importancia en la organización, combinaba el conocimiento del oficio militante con una ingenuidad para la vida cotidiana que despertaba la ternura más profunda. No llegó a convencerme de que Ucacha y Las Perdices –dos pueblos cordobeses; en uno había nacido, al otro se había trasladado en su niñez- eran ciudades importantes, pero tanto hablamos sobre ellos que creo haber llegado a conocer no sólo a su familia, sino también la vida de esos lugares y a algunos personajes aun mejor que quienes vivían allí. Releo este párrafo y acudo a Internet con la secreta esperanza de que los datos censales confirmen la imaginación del Petiso Nívoli, científico y poeta, con quien compartimos también el Pabellón de la Muerte en la U9 de La Plata. Sin embargo, Ucacha supera escasamente los 5.000 habitantes, mientras que Las Perdices ronda los 4.500”.