“Dina”. Hija de Héctor Germán Oesterheld y Elsa Sánchez. Nacida en Buenos Aires, el 15 de octubre de 1953. Estudió en el colegio Northlands y luego en el colegio Cardenal Spínola. A los 12 años se fue a colaborar con su vecina, una señora alemana que era voluntaria en el hospital de San Isidro, a cuidar chicos al nosocomio. Se dedicó a poner vacunas de manera voluntaria y no era raro verla a las 7 de la mañana de los sábados, por ahí. Un mañana de mucho frío cuando ya tenía 14 años, entra enojada a su casa y la encara a su madre y le dice: “Mami, mirá acá todas las estufas que tenemos… ¿Me puedo llevar algunas al hospital que la gente allá se congela?”. Y se fue al hospital con las estufas cargadas en el auto de su padre. Pasó por J.P. participando de las actividades desarrolladas en el “Ateneo 20 de Junio” de la Juventud Peronista, ubicado en calle Tucumán 2625 entre la avenida Pueyrredón y Juan José Paso, en pleno barrio de Once. Uno de los ejes de la tarea militante que ellos desplegaban en la zona era el trabajo en inquilinatos, es decir, organizar a sus moradores a través del Movimiento de Inquilinos Peronistas (MIP). También fue militante montonera. Secuestrada-desaparecida en San Miguel de Tucumán, a la edad de 21 años, el 7 de agosto de 1976. Estaba embarazada de 6-7 meses y ya tenía un hijo de nombre Fernando. Su marido era Raúl Araldi (ver su registro). Fue vista con vida en la Jefatura de Policía de Tucumán y trasladada, dió a luz en Campo de Mayo; luego fue asesinada. En mayo de 2005, Fernando Araldi Oesterheld (que tenía un año al momento de la desaparición de su mamá), se presentó a la Justicia para reclamar la casa donde vivía en 1976 con sus padres “desaparecidos”. Según la fiscalía, el ex Jefe de Inteligencia de la Policía de Tucumán (Roberto “El Tuerto” Albornoz), acusado del secuestro de la pareja, se apropió del inmueble, donde sigue instalada su ex amante. Pero esta vez hubo reparación: en diciembre de 2009, la Justicia de Tucumán obligó a la mujer policía a devolver la vivienda a sus legítimos dueños. La madre de Diana, la ya citada Elsa Sánchez, rememora: “Diana era un calco mío. Se casó con un excelente muchacho de familia humilde y decidieron ir a vivir a Tucumán, donde desapareció, embarazada de su segundo hijo. Tenía una entrega total y era como que sabía el peligro que se venía, pero no se apartó de sus convicciones”. En julio de 2016 apareció un libro de las autoras Fernanda Nicolini y Alcia Beltrami, (“Los Oesterheld”), que se ocupa de narrar la historia completa de esta hermosa y caracterizada familia militante, que entregó a la causa de la liberación nacional y social de nuestra patria, desde las filas del peronismo revolucionario: cuatro hijas, tres yernos y dos de sus cuatro nietos secuestrados y desaparecidos por la última dictadura cívico-militar que padecimos los argentinos.