Roberto
Baschetti

Ortiz, José Benedicto

El 30 de marzo de 1982 una marcha multitudinaria de la Confederación General del Trabajo (CGT) tiene lugar en la capital de Mendoza al mismo tiempo que una huelga general paraliza todo tipo de actividad productiva. El lema de los manifestantes es uno sólo: quieren “Paz, Pan y Trabajo”, resultando un fuerte repudio en la provincia a la dictadura cívico-militar en retirada; en el caso concreto de Mendoza, apañada por el Partido Demócrata y su colaboración permanente aportando funcionarios al régimen. Una columna de manifestantes que buscaba el Centro Cívico para expresar su disconformismo, es baleada por miembros armados de la Gendarmería Nacional que bajan de un vehículo oficial. Son así heridos varios de ellos. Entre los mismos se encuentra, José Benedicto Ortiz, un hombre de 53 años que es secretario general de la Asociación Obrero Minera Argentina (AOMA); y que había empezado sus labores en el gremio mucho tiempo atrás, cuando se desempeñaba como Ayudante Químico de Primera en la fábrica de cemento “Juan Minetti” de aquella provincia cuyana. Los agresores que tenían armas de grueso calibre una vez consumada la agresión se evaporan del lugar, por lo que Ortiz –malherido- es transportado por los manifestantes al Hospital Central para su curación. Pero allí el compañero baleado es alojado en soledad, adentro de una dependencia sanitaria donde parecía más estar detenido que en proceso de curación. Finalmente, por la gravedad de las heridas recibidas, fallece el 3 de abril de 1982. Las autoridades provinciales de la dictadura y el Ejército –con un grado de cinismo sin parangones- aducen que Ortiz murió de neumonía. Su deceso –su asesinato-, pasa de algún modo desapercibido a nivel nacional debido a la invasión militar a las Islas Malvinas. Actualmente (año 2012) un boulevard de la ciudad capital mendocina –intersección de avenida Mitre y calle Pedro Molina- lleva su nombre a 30 años de su asesinato. Y su entrega por la causa del pueblo y en defensa de la democracia es permanentemente resaltada por sindicatos y partidos políticos de cuño popular. En la foto que ilustra esta reseña se lo ve sonriente, a José Benedicto Ortiz, en compañía de su mujer Blanca Villegas con la que tuvo dos hijos.