El “Viejo” como le decían a Pablo –recuerda Eduardo Tagliaferro- era un veterano en el oficio de preso político. En 1962 siendo militante de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), fue uno de los manifestantes que repudiaron la visita de Felipe de Edimburgo, el príncipe consorte de la reina Isabel II de Inglaterra. El final de la protesta estaba cantado, sigue diciendo Tagliaferro: “mientras Pablo iba en “galera” (cana), el cortesano del imperio pedía refugio en la alcoba de Magdalena Nelson de Blaquier, una aristócrata diez años mayor que el duque”. Los largos años de la Resistencia Peronista fueron la causa de que Pablo rompiera con el radicalismo. Luego de otro par de arrestos, se sumó a las filas del Frente Revolucionario Peronista (FRP) que lideraba otro comprovinciano suyo, Armando Jaime, que con el tiempo logró salvar su vida y exiliarse. Cabe destacar que Pablo Outes provenía de una familia tradicional de la oligarquía salteña (Familia Saravia), pero fiel a sus principios saltó la valla de la indiferencia y el lujo suntuoso para ser un renegado de clase. Lo detuvieron luego que Isabel Martínez (María Estela Martínez de Perón) decretara el Estado de Sitio en 1974. Sigue recordando E.T.: “pero pudo salir del país utilizando el derecho de asilo previsto en el artículo 23 de la constitución. Venezuela era un país muy lejano para un hombre que vibraba con los vinos salteños, su familia y la lucha política. En 1975 su calva se paseaba nuevamente por Valderrama y su sombra era seguida de cerca por los parapoliciales de Joaquín Gil, aquel hombre fuerte de la policía salteña precursor de la Triple A. Acorralado y para evitar su secuestro y asesinato, se presentó ante el juez federal Ricardo Lona, quien lo envió a Pablo de vuelta a la cárcel (Unidad Penal de Villa las Rosas-Salta). La noche del 6 de julio del ’76, antes de las 21, hora en que se apagaban las luces de las celdas, una patota del ejército comandada por un teniente de apellido Espeche, entró a cumplir una orden del comandante de la guarnición Salta, coronel Carlos Alberto Mulhall. A Pablo Outes, que todavía se encontraba vestido, le dieron tiempo para tomar su gorra; al resto los sacaron desnudos y en algunos casos hasta descalzos. Fue fusilado junto a otros 11 compañeros en lo que se conoció como la “Masacre de Palomitas” en Cabeza de Buey, departamento Gral. Güemes. Cabe acotar que un hermano suyo, Enrique Outes con 35 años de edad, fue asesinado el 4 de junio de 1972, cuando era un colaborador más del Frente Revolucionario Peronista (FRP).