“Chito”. “Juan Domingo Romero” como seudónimo. Nacido un 6 de enero de 1954 en Zárate, provincia de Buenos Aires. Militante peronista y montonero en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en el colegio Industrial de Santa Fe donde era un referente. Asesinado el 8 de septiembre de 1976 en la misma ciudad de Santa Fe capital, en el domicilio sito en Aristóbulo del Valle 5050/52. Tenía 22 años. Tiempo después con el regreso de la democracia su cuerpo fue exhumado e identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Y ahora un poco de historia que demuestra una vez más que la dictadura militar, no solo asesinó gente, sino que también deshizo familias. Tomado de un matutino rosarino: “Un largo recorrido hasta la propia identidad. ‘Rosario/12’ tuvo acceso al fallo judicial que le dará a Sebastián Berra de 32 años, la posibilidad de ponerse legalmente el apellido de su padre, Oviedo. El joven nació luego de que su padre fuera asesinado por la dictadura y recién en 1999 recuperó los restos de su papá que estaba enterrado como NN en la capital provincial. ‘Gracias por encontrar a mi viejo…’. El abrazo y los ojos húmedos de Sebastián cerraban una búsqueda y un duelo que parecían eternos. Era setiembre de 1999. El no había conocido a su papá, un militante montonero que cayó en Santa Fe, el 8 de setiembre de 1976, porque nació dos meses después de su muerte, así que la madre, Marta Berra, lo había anotado con su apellido. Evaristo Rolando Oviedo, se mezclaba con la esperanza de recuperar también su derecho al nombre paterno. Hoy, nueve años después de aquella búsqueda del destino final, la Justicia santafesina declaró que Sebastián, que nació el 1º de noviembre de 1976, a los dos meses de la caída de Oviedo, es su hijo y ordenó inscribirlo en el Registro Civil con su apellido paterno. El fallo de la jueza en lo Civil y Comercial de la 5ª nominación de Santa Fe, Liliana Michelassi, es el primero en la provincia en un juicio de filiación.