7 de septiembre de 2012. Se puede leer en este blogspot: “Murió Jacinto, se fue, viajó. Pero está. Quienes lo conocimos y lo amamos de verdad sabemos que nos acompaña, como peronista de fierro que era, con sus reflexiones certeras, su paciencia infinita, su mirada serena… Fue integrante del Consejo Metropolitano de Partido Justicialista, al cual renunció cuando Menem indultó a los asesinos del Proceso cívico eclesial militar. Dirigente y fundador de la ‘Corriente Peronista Germán Abdala’, con más de 90 años cumplidos, éste argentino de ley, no aflojó un instante en su búsqueda de una patria para todos, rescatando ideas y valores (justicia social, soberanía, libertad, dignidad…) que algunos neoliberales quisieran olvidar. Ahora conducía la ‘Corriente Peronista por el Proyecto Nacional’. Jacinto Oviedo perdió a dos hijos que fueron secuestrados y desaparecidos por los militares de la dictadura argentina (1976 – 1983): Pedro Bernardo Oviedo, de 24 años, secuestrado el 26 de junio de 1976 y Patricia Cristina Oviedo, secuestrada el 8-12-77 en la Iglesia Santa Cruz cuando tenía 26 años” (Ver ambos registros). Daniel Mancuso le hizo un reportaje en diciembre de 2007. Le preguntó sobre el gobierno de Néstor Kirchner y las perspectivas futuras. Don Jacinto contestó: “No estamos destruidos, esta gestión lo está demostrando, el presidente Kirchner y su gobierno vino a recomponer todo lo destruido, sacó del infierno a nuestro país luego de los años del neoliberalismo, luego del período trágico que se inició con la dictadura en 1976 y que siguió el menemismo. Este proceso que se inicia con Néstor Kirchner, de reconstrucción nacional, de realización y con vistas hacia el futuro y que continúa con Cristina Fernández, yo avizoro que, con estas condiciones, nos permitirá avanzar a una consolidación de una patria poderosa, libre y justa como declaraba el preámbulo de la Constitución Nacional de 1949”, nada menos. Como bien dicen los compañeros que invitaban a acompañar sus restos al Cementerio Colonial de Ituzaingó “se fue un maestro de la vida. Un revolucionario que a los 95 años seguía soñando con la justicia social y que vivía con enorme alegría esta transformación de la Argentina. Jacinto Oviedo seguirá presente en nuestra lucha de cada día, por una patria justa, libre y soberana. Hasta siempre compañero Jacinto”.