“Beto”. “Huguito”. “Pancita”. Nacido un 24 de marzo de 1949 en San Lorenzo, Santa Fe. Casado. Dos hijos: Julieta y Lisandro, siendo madre de ambos niños, Viviana Della Siega, mujer militante como él, con la que contrajo matrimonio el 8 de julio de 1972. Hugo pertenecía a una familia trabajadora y con un gran compromiso con los más necesitados. Trabajó con los villeros, en el frente fabril y con los empleados rurales de las quintas, que vivían hacinados y a los que no les pagaban con dinero, sino con vales, con lo que, siempre terminaban endeudados con sus patrones. Integrante de Juventud Peronista Regional II. Y también aseguran, en un principio, de Juventud Universitaria Peronista (JUP) en la Facultad de Derecho. En Rosario, realizó un importante trabajo gremial en UPCN (Unión Personal Civil de la Nación), en lo que era la Dirección de Rentas donde era delegado. Luciana Seminara en su excelente libro “Bajo la sombra del ombú” asevera que Parente fue militante de “Montoneros Columna José Sabino Navarro” en el frente gremial. A la edad 27 años, fue secuestrado-desaparecido en Fray Luis Beltrán, San Lorenzo, provincia de Santa Fe, un 8 de julio de 1976. Estaba haciendo el servicio militar obligatorio en el Batallón de Arsenales 121. Sus familiares fueron extorsionados con una suma de dinero importante para garantizar la restitución de Hugo Alberto; pagaron, pero éste nunca apareció. En marzo de 2008, la intendencia de San Lorenzo a través de la ordenanza Nº 2465/06, lo reconoció como ciudadano ilustre e inauguró una calle con su nombre. Y en julio del mismo año, los compañeros de trabajo de Hugo, delegado gremial de UPCN, en la antigua Dirección Provincial de Rentas de la Segunda Circunscripción, realizaron un acto donde evocaron su figura y donde descubrieron una placa con su nombre. Edilio “Didi” Quiroga en su libro de testimonios (“El hombre de la bicicleta”) editado en 2016 dice: “Este tipo de reivindicaciones foguearon a compañeros como Hugo en la lucha, que sumada a su experiencia como activista en organizaciones estudiantiles en tiempos del Rosariazo y de la CGT de los Argentinos lo convirtieron en un cuadro político revolucionario y principal referente de la Juventud Peronista de San Lorenzo y Puerto San Martín (…) Hugo era un tipo que desbordadaba generosidad, sentía el dolor y la alegría del prójimo como propias, le dolía hasta el alma el sufrimiento de los humildes, lo dio todo de sí, en las buenas y sobre todo en las malas. Su principal arma fue la guitarra y su voz de tenor, con la que alegró innumerables reuniones; a las letras del cancionero criollo agregaba canciones de los republicanos de la guerra civil española, las adaptaba a la época y al lugar”.