Roberto
Baschetti

Pasatir, Celia Flora

Nacida el 22 de abril de 1931 en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires. A partir de abril de 1931 cursó el secundario en el Liceo Nacional de Señoritas n° 2 “Amancio Alcorta” de Capítal Federal, egresando en 1949 con el título de bachiller. Luego se estableció en Tucumán de donde eran originarios sus padres y se inscribió en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) en la carrera de Letras donde rindió varias materias. Luego se trasladó a Córdoba y en 1966 se incribió en Letras Modernas en la Facultad (FFyH) de la Universidad Nacional de Córdoba. Militaba en Montoneros. Tenía dos hijos de un anterior matrimonio. Estaba embarazada cuando la secuestraron junto a su pareja (Gastón Robles. Ver su registro) el 5 de abril de 1976, en el domicilio que compartían en City Bell, ciudad aledaña a La Plata, en la provincia de Buenos Aires. Vista en el CCD “El Campito” de la Guarnición Militar de Campo de Mayo antes de su asesinato, donde sobrevivientes cuentan que Celia Flora Pasatir, reducida a servidumbre y cautiva, igualmente, recitaba poemas al resto de los detenidos para fortalecer su espíritu. Su hija, Raquel Robles fue ganadora del “Premio Clarín de Novela” en el año 2008. El matutino porteño –que todos sabemos que intereses defiende- hizo desaparecer (¡qué palabra!) la historia de lucha de la galardonada, una referente de la Agrupación H.I.J.O.S. Capital; espacio que ella sostuvo e impulsó desde el primer día de su creación. Raquel se presentó al concurso que ganó, con el seudónimo de “Venecia Pasatir”, el apellido de su madre. Raquel tenía 5 años cuando se llevaron a sus progenitores para siempre. En ocasión de la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, Raquel escribió una sentida carta abierta, titulada “Lo imposible tarda un poco más” y que comienza así: “A todas esas Madres que no llegaron a ver la cara de pánico con la que entraban a Tribunales los asesinos de sus hijos…”. Recomiendo su lectura completa por internet. La misma Raquel en 2013, dio a conocer su libro “Pequeños combatientes” que narra la historia de la desaparición de sus padres contada desde la ficción. También Raquel declaró en la megacausa Campo de Mayo en agosto de 2020. Ante el tribunal que investiga la desaparición de sus padres, Robles denunció la inacción del Estado. Al término de su testimonio mostró su cuerpo cubierto por los nombres de 500 desaparecidos. Dijo para la ocasión: “Está en manos de ustedes, jueces poder convocar, indagar a todas las personas que cumplieron funciones durante la represión. La nómina del Hospital Militar, durante esos años, por ejemplo (…) Seguimos sin saber nada. ¿Quién se los llevó, quién los torturó? ¿Cómo puede ser que ustedes nos pregunten a nosotros? ¿Por qué 44 años después del secuestro de mis padres yo me encuentro ante la Justicia preguntándome lo mismo que hace años: ¿dónde está mi mamá, dónde éstá mi papá? Quiero decirles que, ante la Justicia, yo estoy en pelotas”, dijo y quedó, literal, el fogonazo de su piel ante las cámaras, poniendo el cuerpo por todos esos cuerpos que nos robaron, pura piel marcada con letras rojas, negras, verdes, con los stikers de Juicio y Castigo cubriéndole los pezones para evitar la censura de las redes. Acusando. Con la voz y con el cuerpo”. (“Página 12”. 2/8/2020).