Sus padres eran inmigrantes italianos. Era el mayor de 8 hermanos de una familia campesina de la zona rural de Hersilia (Santa Fe) que vivía de la explotación de un tambo. La chacra donde funcionaba el tambo, la pudieron comprar bajo el primer gobierno de Juan Domingo Perón. Pero las sucesivas crisis económicas que padeció nuestro país por hacerles caso a los tecnócratas del FMI y a sus cipayos locales, obligó a esta familia a vender el campito para pagar deudas. Paulón para 1970, ya vivía y trabajaba en Rosario, en un taller que había instalado. Como era soltero vivía allí con su hermana y los dos hijos de ella. Era colaborador de la organización Montoneros. Al producirse la separación de la Columna José Sabino Navarro, él se empieza a vincular a los trabajos barriales en la zona sur rosarina, a través de la Unidad Básica “Ángel Brandazza” junto a otros militantes de la Sabino. Se destacaba por su predisposición solidaria con todos los compañeros que se lo pedían. Disuelta la Columna Sabino Navarro, Pedro Elio Paulón se incorpora al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) donde militó hasta su secuestro y desaparición un 19 de junio de 1976 en Rosario, cuando tenía 37 años de edad. Victorio, su hermano, nos dice: “Solo supimos de su paso por la ‘Calamita’ donde fue salvajemente torturado. Mantuvo una conducta ejemplar, según el testimonio de un compañero (el ‘Chino’ Hion) que logró salir del campo de concentración, porque él –mi hermano- negó en todo momento que lo conocía. Fue uno de los tantos hijos de nuestro pueblo que llegó a la militancia política y al compromiso revolucionario producto del cúmulo de injusticias y dolores sufridos a lo largo de su historia. El hambre no genera conciencia, pero la injusticia y el atropello van generando en la conciencia de las personas bien nacidas la necesidad del compromiso con los demás. A 35 años de distancia veo todavía su figura sencilla y afable con una sonrisa, esperando ese cambio con el que todos soñábamos”.