Fue sobrina del insigne Julio E. Payró, pintor, ensayista y crítico de arte argentino, hijo a su vez de Roberto Jorge Payró un notable narrador que dio las letras argentinas. En los ’60 –durante el Onganiato- Ana Lía, estaba encargada de la supervisación universitaria del Partido Socialista de la Izquierda Nacional (PSIN) sujeto a varias escisiones y rupturas. Ella militaba en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En una de estas discusiones interminables, Ana Lía se apartó y buscó otros horizontes conjuntamente con Ana María Caruso, luego compañera de Roberto Carri. Se sumó al Peronismo. Y años más tarde formó pareja sentimental con Carlos Suárez (ver su registro); ambos se sumaron a Montoneros y enfrentaron las dictaduras cívico militares del ‘76 al ‘83. Radicada en México por entonces, estuvo a cargo de un archivo de su organización político-militar y dependía organicamente de Miguel Bonasso encargado de prensa en la misma. Siempre en el país azteca, Payró fue jefa de redacción de la revista “Vencer”, un medio gráfico que llegaba al resto del mundo (y al país clandestinamente) explicitando los puntos de vista de Montoneros. Y esta compañera también tomó parte allá, en el país del tequila, del Comité de Solidaridad con el Pueblo Argentino (COSPA) al lado de hombres de la talla de Rodolfo Puiggrós y Ricardo Obregón Cano que pujaban por “Paz y Justicia en una Argentina Liberada”. También cabe acotar que con anterioridad, en 1971, ella conjuntamente con su marido y con otro compañero, Roberto Paez (ya fallecido; ver su registro) dieron forma a los Centros Iberoamericanos para la Emancipación Nacional, vehículo de debates doctrinarios en los sindicatos afines al Peronismo Revolucionario y en donde se podía escuchar la palabra de intelectuales como Juan José Hernández Arregui, artistas como Ricardo Carpani y sindicalistas como Jorge Di Pascuale. Es que para entonces el regreso de Perón a la Argentina era inminente. Ana Lía Payro, producto de un cáncer falleció en 1985.