Roberto
Baschetti

Pazo, Horacio

Entrerriano de Nogoyá, nacido un 11 de septiembre de 1950. Su hermana Hilda cuenta que, desde muy chiquito, a los 6, 7 años, recitaba la oración a la Bandera con un énfasis que hacía emocionar a todos. “La Chiva” Pazo, ingresó a la Facultad de Ciencias Económicas de Santa Fe en 1968. Un pibe generoso y de gran corazón. Sencillo. Se entregaba a la gente. De conseguirle trabajo a los amigos que lo necesitaban como de despojarse de sus bienes materiales para ofrecérselos a quienes menos tenían. Cuenta su abuela que cuando lo iba a visitar en invierno, siempre debía traerle frazadas nuevas ya que las que tenía Horacio, las había regalado a las familias de los barrios carenciados para que no se murieran de frío. Amante de la naturaleza, gustaba de la pesca y siempre tenía preparada las tripas de sábalo y de pollo para salir a pescar cuando el tiempo, su estudio y su trabajo se lo permitían. Futbolero. Hincha de River. Se sabía todos los temas musicales de “Los Iracundos” (recuerdo aquel hit “Va cayendo una lágrima en tu mejilla…”) Era claro en sus pensamientos. Su búsqueda por combatir la injusticia, la pobreza y el hambre, lo llevó a la militancia política y social en la Juventud Universitaria Peronista /JUP) y luego en el peronismo montonero. Fue secuestrado-desaparecido, en junio de 1977; dejó escrito: “Tengo fe y esperanza en nuestro futuro. Pero es duro, muy duro pasar el presente, lo que vivo todos los días, los nervios y las horas de soledad y dolor que me toca vivir me desgastan mucho. Hay tantas familias argentinas rotas y eso me apena muchísimo. Tengo fe en nuestra lucha, se que venceremos, tarde o temprano la justicia se impondrá. Para entonces regresará la felicidad a nuestro pueblo y a la familia que yo he formado…”.