Roberto
Baschetti

Peczak, Enrique Igor

“El Gringo”. Hermano de Oreste Pedro Peczak (ver registro siguiente). De ascendencia eslava. También militante del Partido Peronista Auténtico. Fallecido a los 60 años, el 24 de septiembre de 2009 en Oberá, de un ataque al corazón. Lo acompañó una multitudinaria despedida hasta su última morada, en el cementerio de la localidad de Los Helechos, en Misiones. Mariquita Torres lo recuerda de este modo: “Se fue sin despedirse y quedará en nosotros la sensación de que apenas se fue a la chacra, allí, en Los Helechos, de donde nunca quiso irse, pero desde donde partió tantas veces en busca de una sociedad más justa para todos. Uno no quiere pensar que ya no estará más, porque estará siempre, en cada niño que camine descalzo sobre la tierra roja; en cada mujer que se despierte antes de amanecer para dar de comer a los animales de la chacra; en cada campesino que nos tienda las manos curtidas por la tarea; en cada joven que se rebele contra la opresión; en cada uno de quienes lo vivimos en los pasillos de las mazmorras de la dictadura genocida que lo torturó y lo encarceló, y le quitó a su hermano Pedro, sólo, apenas nada más y nada menos que por haberse atrevido ambos, como tantos miles, a enfrentarse contra ‘el poder que nunca abraza a los que pueden pensar, contra el poder que nos vigila los pasos, contra el poder que siempre miente en nombre de la verdad’. Enrique amó la vida tanto, que dio su propia vida por los demás. Fundó junto a Pedro, el Movimiento Agrario Misionero, al que se incorporaron cientos de agricultores, entre ellos decenas por los que aún se exige verdad y justicia. Conversar con Enrique era un bálsamo. Contagiaba mansedumbre y fortaleza, convicciones y paciencias. Era transparente y granítico (…) Su fuerte e inclaudicable compromiso con las luchas agrarias en Misiones fueron la razón de sus 7 años de encierro. Lo secuestraron el 15 de octubre de 1976 y recuperó la libertad en diciembre de 1983, ya en democracia. De aquel período nefasto, en el Juicio por la Verdad, recordó las torturas más despiadadas que sufrió en cautiverio a manos del oficial Rubén Gómez (a) ‘El Lobo’ y del represor Carlos María Cuenca entre otros. Y lo que le advirtió un esbirro de la dictadura: ‘Si tu hermano sale del país, si se escapa. Te vamos a matar a vos. Un Peczak tiene que morir’. Alto, fuerte, campesino hasta la médula, dirigente como pocos, sabio y campechano, solitario, pero familiero, poco afecto a los cuidados personales, creía en el poder de los yuyos y con ellos curaba sus heridas (…) Ya en libertad insistió sin cansancios hasta recuperar al desmantelado Movimiento Agrario Misionero. Fue dirigente de la Federación Agraria Argentina, presidente regional del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y desde hace un par de meses, presidente del Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar, dependiente de la Secretaría de Agricultura de la Nación”. El “Gringo” Peczak recuerda de su encarcelamiento que “me decían que mi delito era hacer pensar a la gente y que seguro que si salía lo iba a volver a hacer. Y yo les decía que claro, que eso estaba bien y que no veía ningún delito en eso. Y ahí nomás me volvían a garrotear. No se cuantos Consejos de Guerra me hicieron en todo ese tiempo. Pero acá estoy, pensando lo mismo”. Y se fue pensando lo mismo. Viviendo como pensaba…