Quienes la conocimos le decíamos Amorcito para diferenciarla de su madre que llevaba el mismo nombre. Escritora e historiadora. Nota tomada de Resumen Latinoamericano de fecha 24 de mayo de 2023. “Falleció Amor Perdía, una hermosa y solidaria persona por sobre todas las cosas. Vivió exilios, dolores y alegrías acompañando a su familia montonera. Con Amorcito se nos ha ido una joven compañera, que además de todas sus virtudes, que no son pocas, había acumulado en su corta historia, la de ser la hija de dos revolucionarios consecuentes, como son su madre Amor Amatti, militante de perfil bajo, pero no por eso menos importante a la hora de afrontar la lucha emancipadora, y su padre, el ex comandante montonero Roberto Cirilo Perdía, historia viva y presente de la rebeldía en un país que suele ser ingrato con quienes lo defienden. En la civilización judeo-cristiana, la muerte, a pesar de que se la pueda presentir, cuando aparece concretamente, duele y golpea. Eso se agiganta aún más, cuando se trata de alguien que aún tenía mucho para dar. Por eso, los que conocimos a Amorcito y mucho más al ‘Pelado’ Perdía y a Amor, los que agradecemos ser compañeros de ambos, nos sentimos consternados por esta realidad que hoy acongoja a la familia montonera”. Amorcito Perdía, nació Santa Fe en 1973 y en 1979 se fue a Cuba con sus padres y estuvo internada en la guardería montonera en ese país del caribe. Volvió para terminar la secundaria y para recibirse de profesora en Historia, en la Universidad Nacional del Litoral. Ha sido docente rural, metropolitana, itinerante. Como escritora publicó los libros “Dos náufragos, un cronista y catorce certidumbres” (1995); “La epopeya, el emisario, los salvos y el escritor” (1996); y El testamento, la tribu y el árbol en llamas (1998). Ha escrito obras de teatro para adolescentes y en 2013 publicó su primer libro pensado para niños, “Problemas por llegar tarde”. Además, yo tengo un libro de ella casi perdido en la vorágine de las escrituras en mi biblioteca y lo atesoro por lo que es y lo que representa; se llama “Notas de un exilio visto desde abajo” y lo publicó en Santa Fe en el año 2001. En su verso primero dice: “para mí el exilio era no saber bien que nombre / trajera bajo el brazo al nacer / o no querer saberlo / o no poder / porque así era mejor / –decían- / era tener que aprender uno nuevo / en cada aduana / y bañarme siete veces seguidas para recuperar mi color de cabello”. A Amorcito se la llevó un cáncer que hizo metástasis, pero se queda para siempre con nosotros, en nuestros corazones, somos los que seguimos luchando contra el imperio y la oligarquía y defendiendo a nuestro pueblo del que orgullosamente formamos parte.