Porteño nacido en 1942. Terminado el secundario, con otros jóvenes (y otros, no tanto luego) conforman una organización revolucionaria que terminará llamándose Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL). El 16 de junio de 1962, él y otros militantes de esta fuerza guerrillera entran al Instituto Geográfico Militar sito en Avenida Cabildo, barrio de Palermo y se llevan decenas de armas de guerra –pistolas y metralletas- sin disparar un solo tiro. Para el año 1965 considera agotada su militancia en ese espacio, en donde advierte contradicciones. Lo que hace que un año más tarde (1966) se incorpore a otra insurgente “orga” pero ahora dentro de las filas del peronismo revolucionario. Será lo que se conocerá primero como Juventud Revolucionaria Peronista (JRP) de la mano de Gustavo Rearte (ver su registro) y luego Movimiento Revolucionario 17 de Octubre (MR-17). En 1975 forma parte de una instancia superadora de la experiencia anterior, con la creación del Frente Revolucionario 17 de Octubre (FR-17). Pero dos años más tarde, debido al grado de represión genocida de la dictadura cívico-militar parte al exilio. Vuelve en 1984 y sigue militando. Es docente. En los ’90 participa del “Centro Gustavo Rearte”. Es coautor de dos libros muy recomendables: “Pensar a John William Cooke” (2005) y “La Patria Socialista. Una historia de la corriente del peronismo revolucionario” (2020). Como así de un tercero de su autoría que se titula: “Textos pendencieros” (2006) sobre su vida y militancia. Aporto otro dato tan verídico como insólito. Cuando militaba en las FAL su organización logró introducirlo infiltrado en la Policía Federal. “A mí no me gustaba nada… pero aparecí en la policía. Estuve un año y fue fructífero. Ahí yo me llevaba municiones … en el Departamento de Policía … estaba todo abierto … y había cajas de municiones, cargaba una bolsa y me la llevaba” (Página 99 en el libro de Stella Grenat, titulado “Una esperanza sin cabeza. Las FAL y la construcción del partido revolucionario en los ‘70”).