Le decían “El Tío”; por su edad y en comparación con Héctor J. Cámpora que llevaba con honor, el mismo sobrenombre. Germil, joven compañero de militancia peronista, rememora: “Era un hombre retacón, pelo entrecano, ondulado, provenía del interior del país. Vivía en el Barrio El Faro y trabajaba en Viales de la Municipalidad de Lomas de Zamora, en el galpón ubicado en las calles Las Heras y 12 de Octubre, donde se guardaban los materiales para reparar el pavimiento. El Tio fue un militante sindical del gremio de Municipales. Era un hombre mayor, cuarentón, mucho más grande que el resto de nosotros”. Y otro militante peronista que lo conoció –Hugo Sandoval- agrega: “El tío era un compañero solidario, cuando nosotros lo necesitábamos se ponía a nuestro servicio; era ese tipo de compañero con quien compartíamos todo, siempre, siempre, estaba con nosotros. En los momentos malos, si había alguien que tenía un cigarrillo o comida, se compartía, y ese día todos fumábamos o comíamos. Se lo llevaron de la casa un 24 ó 25 de marzo de 1976, ni bien instalado el golpe, lo pasearon por el barrio El Faro y los vecinos lo vieron. Aún permanece desaparecido”.