Nacido en La Calera, Córdoba, el 18 de junio de 1948. Marilyn su hermana añora: “Me acuerdo que fue buen alumno, tanto en la primaria como en la secundaria. Cuando era muy chiquito era de tomar muchas iniciativas; muy travieso, se escapaba de casa a la casa de la vecina, yo no me animaba a hacer esas cosas, mis padres nos mandaban a dormir la sisesta, pero no dormíamos, lo peor que hay para un chico es dormir la siesta, él siempre tomaba esas iniciativas. Jugábamos mucho, como todos los chicos, por que teníamos casa con un patio muy grande, entonces en el fondo hacíamos nuestra propia casita hecha con madera y allí se juntaban todos”. Pasó su primera infancia en Villa Allende, también Córdoba. Nieto de italianos. Tez blanca, mediana estatura, ojos celestes, rubio y de bigotes. Maestro de escuela primaria. Estudió Psicología en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) en 1970. De él puede decirse que fue parte de Montoneros antes de que esa organización político-militar existiera como tal. El trabajo con los grupos juveniles en la parroquia del pueblo y las condiciones estructurales en su ciudad natal (La Calera) donde abundaban obreros de extracción minera, lo llevó a tomar cada vez un compromiso mayor con los más necesitados, y naturalmente se vuelve peronista. Grieta familiar en ciernes, la misma Marilyn asevera: “Mi padre no era peronista, era antiperonista, estuvo en la Revolución Libertadora (…) decía que Perón era un tirano, un dictador”. José Amorín en su libro “Montoneros: la buena historia” lo individualiza con el sobrenombre de “Zapatías” en el grupo originario de “Los Sabinos” que luego serían parte de los fundadores de la mayor guerrilla –peronista- de América Latina. También era conocido como “Zapa”, “Mario”, “Pelado” y “Pelado Mario”. Piotti era un ex seminarista del Seminario Menor de Jesús María y estudiante de filosofía en el Seminario Mayor, que participó activamente en el copamiento de la localidad cordobesa de La Calera –su ciudad natal- en 1970 y luego de esa acción guerrillera que puso en su búsqueda a todos los organismos militares y sus respectivos servicios de inteligencia, él con otro guerrillero se refugiaron en la casa de un compañero de la Juventud Argentina para la Emancipación Nacional (JAEN), en el residencial barrio de La Lucila, en provincia de Buenos Aires. Estuvo implicado en los atentados contra Augusto Vandor (junio 1969), José Alonso (agosto 1970) y el cónsul norteamericano J. Egan (Córdoba, febrero 1975) que terminaron con sus vidas. Al momento de su muerte era secretario político de Montoneros y oficial mayor de dicha organización. La misma ocurrió, cuando fue emboscado con otros compañeros, en una casa operativa, en Santa Fe, el 19 de enero de 1977, por tropas del Ejército al mando del general Galtieri. No quiso entregarse con vida y murió combatiendo junto a su segunda compañera, Ileana Beatríz Gómez. Para mayores datos ver registro de Carlos María Frigerio. Fue enterrado como N.N. pero luego sus familiares lograron recuperar su cuerpo y enterrarlo en el cementerio de La Calera. Quienes lo conocieron en vida, lo recuerdan como una persona con una manifiesta sensibilidad social que se evidenciaba en el amor que profesaba a los pobres y explotados. Honesto y transparente en su accionar se caracterizaba también por ser activo e inteligente en el manejo de las cosas diarias. Sencillo en el vestir, era un animador permanente de las veladas estudiantiles donde sobresalía tocando la guitarra y cantando folclore. Era el prototipo del “Hombre Nuevo”. Pensaba que su generación debía llevar a cabo un gran esfuerzo para que nuestra patria no se convirtiera en una gigantesca villa miseria. Amigo de Monseñor Angellelli, José Luis dejó la carrera sacerdotal al ver las componendas entre la jerarquía eclesiástica y el poder militar con el fin de mantener un “status quo” tan injusto como despiadado. Cuñado de su compañero de militancia Cecilio Manuel Salguero, Piotti siempre puso el cuerpo en las difíciles y no sólo combatió a todas las dictaduras militares del ’66 en adelante sino que también participó en la lucha diaria por el retorno de Perón a la Argentina y pocos saben que fue herido por un proyectil de guerra en Córdoba –febrero de 1974- cuando salió a la calle a defender el gobierno democrático del Dr. Ricardo Obregón Cano y Atilio H. López de las hordas fascistas que produjeron el “Navarrazo”. Le salvó la vida el Dr. Rogelio Aníbal Lesgart. El “Zapa” Piotti de sus dos matrimonios (ver registro de María del Carmen Sosa) dejó dos hijos: Martín (Poeta) y Jorge Luis (Músico).