Roberto
Baschetti

Reboredo, Alfredo Mauricio

Nacido el 1° de noviembre de 1956 en La Plata, fue el mayor de cinco hermanos. Fue criado en un hogar católico. Egresado del secundario (Colegio Nacional de La Plata) con un promedio de 8 puntos. También estudió inglés durante 8 años en el Instituto Cultural Argentino Británico. Practicó el deporte de la ovalada en La Plata Rugby Club donde fue capitán de su división. Una vez “desaparecido”, Leonardo Gallo, que practicó con él ese deporte, supo escribirle un poema que tituló “Palabras para Alfredo”. Reboredo, trabajó en la Dirección de Registros de la Propiedad de La Plata, hasta que dejó de lado un futuro promisorio social y económico para consagrarse a los demás. Brindó su colaboración material e intelectual en un barrio de emergencia de la ciudad de Berisso, entregando alimentos, dando apoyo escolar a los más pequeños y colaborando con tareas de albañilería y pintura en las viviendas. De esa experiencia escribió en una carta: “Mi sentimiento me llevó a pesar de no tenerlo, a sufrir hambre, me llevó a sufrir al ver chicos desnudos, con frío o jugando en el barro junto a sus casitas de chapa; me llevó a ver aquellos que por falta de recursos recibían mala atención médica, me llevó a ver que el ignorante lo es porque trabaja y abandona la escuela y sus padres también por falta de cultura no le dan importancia…”. Con 18 años, Alfredo estaba en el ingreso a Derecho (pero no llegó a cursar) y se había inscripto en la nocturna Escuela Técnica N° 1| “Libertador General José de San Martín” de Berisso, para además estudiar como instalador electricista; allí fue abanderado de su curso y responsable de la UES en ese establecimiento educativo. Tenía en mente proletarizarse. Desapareció en la Plata el 29 de enero de 1977; (Ver registro de Pablo Hipólito Schmucler). Fue detenido a dos cuadras de la Gobernación y trasladado a la Comisaría 5° de esa ciudad. Paradoja del destino fue arrestado en la Avenida 7, también conocida como “Luis Monteverde”, quien era nada menos que su tatarabuelo. Militante de Juventud Peronista y Montoneros. “Líder honesto, comprometido y lúcido, afrontó su martirio con una entrañable fuerza de voluntad y una madurez llamativa, sabiendo aun lo que le esperaba” aseguran sobrevivientes de los centros clandestinos de detención por donde pasó. Su padre, Julio Víctor “El Taita” Reboredo, camarista federal en La Plata, fue uno de los nueve miembros de la Audiencia Pública encargados en 1999, de establecer la verdad histórica sobre la desaparición de 2.000 personas en Buenos Aires. Alejandro Inchaurregui el 29-1-2017 da más detalles: “Hace hoy 40 años era sábado. Ese día en avenida 7 entre 55 y 56, en la cuadra del cine ‘Select’ secuestraron a Alfredo M. Reboredo. Lo redujeron, lo metieron en el baúl de un auto y lo llevaron a Arana donde fue interrogado bajo torturas. Luego fue llevado a la comisaría 5ª, donde se le pierde el rastro probablemente entre el 7 y el 11 de abril del mismo año. Supongo que su fin fue un falso enfrentamiento de esos que sucedían a las 2 o 3 de la mañana. Para entonces estaba en pareja con María José Noriega”. Precisamente ésta, su novia, el 23-3-2019, en vísperas de cumplirse un nuevo aniversario del último golpe, pintó el pañuelo de Alfredo Reboredo en la comunidad de Bariloche, como una de las acciones a llevarse adelante. Ocurre que hace años, la Plaza del Centro Cívico, para muchos habitantes de la ciudad, comenzó a ser la plaza de los pañuelos. Allí los últimos “veinticuatros” se reúnen por la mañana mujeres y hombres convocados por la necesidad de dejar impresos “sus desaparecidos”, pintar los nombres de sus seres queridos, junto a un pañuelo blanco y a la fecha en que el Estado represor se los llevó. Dice Noriega: “Lo hice por un lado por una cuestión personal de homenajear el amor que sentíamos, pero también para hermanarme con todas las demás personas que iban a pintar”.