“El Gallego”. Nació el 15 de noviembre de 1938 en Villa María, Córdoba. Fue estudiante primario en la escuela de los Padres Primitarios y secundario en el Instituto Bernardino Rivadavia, en el cual luego sería profesor. Su otra gran pasión fue el fútbol, llegando a jugar en la primera división del Club River Plate pueblerino, de su ciudad natal. En 1963 se recibió de profesor de Historia y Geografía, desempeñándose en la escuela secundaria y en el Profesorado de Bell Ville, donde comenzó su actuación gremial. Maestro y fundador del Sindicato de Educadores Privados y Particulares de la Provincia de Córdoba (SEPPAC). Eduardo Requena –recuerda Ana Lorenzo- integró el Bloque de Agrupaciones Peronistas Docentes que, entre 1970 y 1973, dio origen a la Central Unificadora de Trabajadores de la Educación (CUTE), entidad que bregó por la unidad sindical docente y que luego, en julio de 1973, contribuyó decisivamente a la constitución de la CTERA en el Congreso de Huerta Grande. Eduardo fue secuestrado-desaparecido por una patota militar del III° Cuerpo de Ejército el 23 de julio de 1976. Lo sacaron del café “Miracles”, avenida Colón 1112, en la ciudad de Córdoba capital. Luego fueron a su casa y arrasaron con todo lo que encontraron. Fue visto en el CCD “La Perla” antes de su asesinato. Actualmente, en una localidad de la provincia de Córdoba –Villa María, donde ejerció- una calle, una escuela y el reloj solar “Memoria sin Tiempo” mantienen vivo su recuerdo. Un exalumno le definió asi: “Un gran tipo. Un idealista. Un gran maestro. Un formador de hombres”. Otro recuerda con humor: “Era pintón, serio, muy buen futbolista y en invierno no se ponía sweaters porque decía que al frío hay que tratarlo con indiferencia…”. Un obituario de Página 12 del 23 de julio de 2023 lo rememora de este modo: “Gallego, tu lucha sigue viva. Estás presente en el Centro Educativo en DD.HH. del Espacio de la Memoria en La Perla, en el barrio Ituzaingó, en el IPEM 207 que lleva tu nombre y tu esencia, en los compañeros y compañeras del SEPPAC, en el Centro de Salud de SUTEBA Merlo… estás en la conciencia y en la condena social hacia los genocidas presos y en los que aún siguen libres (…) y nos sigue guiando el eco de tu risa”.