Hijo de asturiano por parte de padre, nació en La Para, provincia de Córdoba, un 20 de octubre de 1935. En la foto al lado de su madre, Carmen Maidana, argentina, Vivía en Deán Funes 880, ciudad de Córdoba. Seminarista alineado en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM) tenía como uno de sus principales referentes al obispo Enrique Angelelli, un amigo de la familia, que visitaba su casa y salía con Vicente para el lado de Villa El Libertador para hacer misiones. Ribero cuando dejó el seminario entró a trabajar a la fábrica Kaiser pero tuvo un accidente; se le cayó un motor y le corto parte de sus dedos, así que fue indemnizado y pasó a ganarse la vida vendiendo libros y enciclopedias. Estudiaba Psicología. Para entonces ya era un militante del peronismo revolucionario. Conoció a su esposa, se casaron y tuvieron tres hijos varones. Con cuatro bocas para alimentar buscó un trabajo más seguro y empezó a trabajar como visitador médico de la veterinaria Pfizer y viajaba mucho al norte: Tucumán, Salta, sobre todo. Al ser secuestrado-desaparecido (16 de diciembre de 1975) con 40 años de edad era propietario de una playa de estacionamiento en Córdoba, en la calle Rioja; de allí se lo llevan. “Eran aproximadamente las 19 hs. Llegaron a la playa dos automóviles Torino de color celeste con personal que vestía de civil y se encontraba fuertemente armado, que procedió a llevarse a Vicente Manuel con las manos en la nuca, en uno de los vehículos. Su hermana Encarnación en la ardua búsqueda de Ribero pudo reunirse con el entonces arzobispo de Córdoba, Francisco Primatesta, para pedir ayuda e información, y la respuesta del prelado fue tajante: ‘Y bueno, al Gallego si lo detuvieron es porque algo habrá hecho” y con eso la largó dura, dejando en evidencia que no solo justificaba el accionar de los represores sino que no le iba a brindar ayuda alguna”.