Nació el 11 de junio de 1946 en Capital Federal. Su padre era marino submarinista y falleció cuando ella tenía 4 años. Ingresó a la carrera de Sociología en 1963 en la Universidad Católica Argentina. Allí conoció a quien sería su marido y padre de sus cuatro hijas: Rafael Olivera (ver su registro). Ya casados y recibidos, estuvieron con motivos de sus estudios avanzados, residiendo en la ciudad alemana de Bielefeld. Volvieron a la Argentina en 1972 y se afincaron en San Juan. En dicha provincia ella se desempeñó como profesora de la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de San Juan. Militó en Juventud Peronista y Montoneros. Perseguida por las fuerzas represivas se muda con su pareja a Mendoza, a la ciudad de Guaymallén, pasando ambos a la clandestinidad. En esa ciudad es secuestrada-desaparecida un 13 de julio de 1976. Familiares y amigos de ambos, en 1999, escribieron en un recordatorio aparecido en un matutino porteño: “Del amor entre los dos y el amor por los otros surgió esa relación de gran plenitud. Todo minuto disponible era minuto de entrega, de servicio a la gente. Hoy como hace 23 años los tenemos bien presentes celebrando la vida que compartieron y tomándolos como modelos de lucha, generosidad, honestidad, sencillez y entrega hacia los demás”.