Nacido el 2 de abril de 1927 en Santiago del Estero, poblado de Añatuya. Pero su infancia transcurre en Roque Sáenz Peña, Chaco; y luego se muda a Tucumán. Estos cambios eran obligados por el trabajo de su padre que era ferroviario. Estudia Ingeniería en la facultad tucumana, no concluye sus estudios pero el ambiente universitario y las charlas que sostiene con el Profesor Lázaro Barbieri, le abre la cabeza de otro modo. Militante de la Resistencia Peronista en el Norte argentino contra la dictadura de Aramburu y Rojas. Bajo la influencia teórica del español y exiliado republicano Abraham Guillén (ver su registro), junto con otros compañeros peronistas, deciden levantarse en armas. Guerrillero Uturunco, combatió en la ciudad y el monte contra el gobierno genuflexo y entreguista de Frondizi y por el retorno de Perón a nuestra patria. Se lo conocía como “El Zupay” (El Diablo). También fue integrante de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) –allí era “El Utu” por ser ex Uturunco-; que en septiembre de 1968 incursionaron por la misma zona, por lo que nuevamente fue detenido en Taco Ralo y con sus compañeros de entonces, pasará por numerosas cárceles a lo largo y a lo ancho del país. En una de ellas (la de Magdalena) está a punto de perder la vida por una perforación en el estómago. La amnistía de Cámpora en 1973 lo devuelve a la libertad. Pero en noviembre de 1975 es secuestrado y llevado al CCD “Escuelita de Famaillá”, donde a los dos meses es sorpresivamente liberado. Con el tiempo, luego de la última dictadura militar, una enfermedad de artrosis lo dejó postrado. Falleció en la pobreza en Tucumán en 1999. En un reportaje casi póstumo dejó de alguna manera su legado: “Los chicos de HIJOS son mi única esperanza”.