“La Turca”. Nacida en 1928. Enfermera. En la Resistencia Peronista, su casa del barrio de Barracas se convirtió en un centro de actividades clandestinas contra la canalla dictatorial de Aramburu y Rojas, al que también aportaron sus dos hermanos, obreros metalúrgicos, Néstor y Héctor. Luego formó parte del Comando resistente “Coronel Perón” orientado por Enrique Oliva y Juan Vigo (ver sus respectivos registros). Su profesión de enfermera, en un principio no despertó sospechas y le permitió repartir periódicos, volantes, efectuar colectas de dinero o ropa para los detenidos, llevar y traer cintas magnetofónicas y cartas de Perón con otros grupos insurgentes. También, por supuesto, atender a los presos con problemas de salud. Tanta exposición terminó cuando fue detenida bajo el cargo de “desorden público” luego de un 17 de octubre. Estuvo presa en el Asilo del Buen Pastor cerca de un mes. Vigo decía que ella era “una chica delicada, inteligente, abnegadísima y muy activa”. Su militancia venía desde antes, desde el ’45 y así lo recuerda: “Un día fui a escuchar a Perón; entonces comprendí que debía luchar por él, porque era la esperanza de algo nuevo. Reuní a mis amigos del barrio y salimos a pintar con tiza y con carbón”. Y como dije antes, el compromiso siguió firme en tiempos difíciles: “Cuando cayó el General llorábamos de rabia —relató Roselló—. Comenzamos a buscar de inmediato la manera de volver al poder; nos organizamos entonces en células clandestinas (…) Amanecíamos sin dormir esperando que llegaran las armas; teníamos todo preparado”. Pero las armas nunca llegaron.