Le decían “El Cura Gaucho”. Nació en Avellaneda el 17 de diciembre de 1920. Fue ordenado sacerdote el 10 de diciembre de 1950. Estuvo a cargo de diferentes parroquias (Moreno, La Plata, Temperley, Hurlingham, San Justo) hasta que el 20 de enero de 1957 fue designado Vicario Ecónomo de la parroquia de San José Obrero y el 8 de diciembre de ese mismo año párroco de la comunidad. Contaba con 32 años de edad cuando llegó a esa parroquia de la localidad de Berisso en provincia de Buenos Aires. Ruberto nunca fue insensible a las injusticias sociales. La huelga general por tiempo indeterminado de los trabajadores de la carne en su jurisdicción (Berisso) lo llevó a hacer público un comunicado (8/9/58) cuando comenzaron los despidos en masa: “Es evidente que el gobierno nacional (gobernaba Frondizi) debe intervenir severamente sino quiere sucumbir bajo el caos de agitaciones y huelgas provocadas por un capitalismo internacional dispuesto a todo, para imponer condiciones leoninas a la producción, distribución y consumo de las riquezas nacionales. Detrás de los 10.000 obreros despedidos hay 10.000 familias, que representan 50.000 personas. Se las condena a la desocupación y al hambre, con el agravante, de que los frigoríficos amenazan con cerrar sus puertas (…) Los obreros de la industria de la carne, con los cuales trato cada día, piden sencillamente trabajo estable, respeto de las conquistas y protección del Estado contra las maniobras del capitalismo internacional, de cualquier color o bandera”. En otra carta pastoral, en relación al día internacional de los trabajadores, expresó: “El 1° de Mayo está dedicado a evocar con el recuerdo, y el afecto, a los luchadores y mártires que han servido a la dignificación de la clase obrera. La mayoría de ellos son héroes anónimos, que merecen nuestra veneración y respeto, cualesquiera sean los principios doctrinarios que movieran su acción si obraron de buena fe y con el leal deseo de servir a los humildes y desposeídos (…) No quiero terminar esta carta sin un recuerdo afectuoso para los torturados. Ningún delito puede justificar las afrentas que se han cometido”. El reconocimiento le llegó por parte de las bases obreras peronistas. En efecto, el 17 de marzo de 1962 visitó la Parroquia San José Obrero el candidato a gobernador por el peronismo para la provincia de Buenos Aires, el compañero Andrés Framini, quien hizo entrega a Ruberto de la bandera justicialista que lo había acompañado en sus giras de proselitismo y que había prometido depositar en dicho templo. Pascual Ruberto falleció el 1° de julio de 1992. Sus restos descansan en la misma parroquia del Barrio Obrero.