“El Grillo”. Militante de la Juventud Peronista en San Pedro, provincia de Buenos Aires. Todos recuerdan por la zona, que cuando el padre Carlos Mugica fue asesinado por la Triple A, Enrique con otros compañeros se acercaron al Concejo Deliberante de esa próspera ciudad bonaerense, para exteriorizar su duelo y dejar fijado con pintura en aerosol sus pareceres: “Mugica es peronista”, escribieron en una blanca pared. Otra vez, con anterioridad, los mormones quisieron abrir un templo por la zona. El Grillo y sus compañeros vieron esta acción como parte de una infiltración imperialista monitoreada desde el amo del Norte, por lo que fueron a la obra recién concluida y le dejaron una pintada de alquitrán que decía “Dios es criollo”. A la edad de 19 años fue secuestrado en la frontera brasileña de Foz de Iguaçu, un 8 de julio de 1974. Y luego asesinado. Ocurrió que Ruggia había conocido en su San Pedro natal y se había hecho muy amigo de un brasileño que era parte de un contigente de muchachos de esa nacionalidad que venían corridos de Chile luego de la caída de Salvador Allende; ellos pretendían volver a su patria para derrocar a la dictadura militar brasileña. Enrique los acompañó y encontró la muerte. Sus restos nunca fueron devueltos a sus familiares en Argentina.