“En suma, el levantamiento del 9 de junio de 1956 en el partido de Lanús termina dejando un saldo de numerosos muertos civiles, mucho más que las bajas militares. Algunos de los civiles detenidos terminan de fallecer poco tiempo después producto de las torturas recibidas en la Unidad Regional de Lanús, como fueron los casos de Aldo Jofré y Román Salas. Aldo Jofré murió en la comisaría de Lanús (ver su registro) y Román Salas, que era boliviano, murió a raíz de las torturas. Se les hizo un monumento en el cementerio de Quilmes”. (Extracto tomado de “Vencedores vencidos”, el libro de Rubén Adrián Polese que trata sobre la Resistencia Peronista en Lanús, provincia de Buenos Aires). Cabe acotar que este compañero boliviano integrante de esa hermosa Patria Grande que algún día construiremos en forma definitiva, estuvo 19 meses privado de su libertad en la cárcel de Olmos, donde como se afirma padeció variadas torturas. La amnistía política de 1958, cuando asumió Frondizi, le devolvió la libertad, pero la secuela de golpes y vejaciones recibidas lo llevó a la muerte.