Porteño nacido el 1° de febrero de 1943. Su padre fue trabajador en el frigorífico “Lisandro de la Torre” en enero de 1959, fecha histórica, cuando se enfrentó la privatización del mismo con una larga huelga obrera que movilizó a toda una barriada. Eduardo terminó su secundario en un nocturno ya que de día ayudaba a la familia con su trabajo; por tal motivo fue el que organizó con éxito la primera huelga estudiantil turno noche y para 1961, en el mismo ámbito, fundó la Agrupación Juvenil de Estudiantes Secundarios (AJES). Fue integrante de la Segunda Resistencia a partir de la traición de Frondizi. El 5 de agosto de 1964, en el sindicato del Calzado y coincidiendo con los Planes de Lucha de la CGT, se fundó el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) del que Salvide, como miembro a nivel conducción de la Juventud Revolucionaria Peronista (JRP), estuvo a cargo de la lectura del Manifiesto Revolucionario, que en una parte del mismo, asevera: “Ante el brutal sojuzgamiento que sufre el país, ahogado por la presión de los intereses extranjerizantes y por el apoyo que le prestan los grupos oligárquicos nativos y frente a la defección de la burocracia conciliadora, que ha traicionado al Movimiento y a Perón, constituimos el MRP, adoptando para su quehacer una sola postura: la revolucionaria”. También fue redactor de “En Lucha” órgano gráfico y periodístico de lo que luego sería el Movimiento Revolucionario 17 de Octubre (MR-17). Fue a parar a prisión durante el gobierno de Illia y luego liberado en 1966. Un año más tarde encabezó una disidencia contra Gustavo Rearte, líder natural del MR-17 y con Miguelito Bianchini se fueron para fundar el Frente Peronista de Liberación (FPL) y colaborar en la reorganización de los cuadros revolucionarios del peronismo, una tarea que llevaba adelante el Mayor Bernardo Alberte, por entonces delegado de Perón en Argentina. También colaboró con la lucha llevada adelante por la CGT de los Argentinos a fines de los ’60. Y a principios de la década siguiente se enroló en Montoneros y fue un activo militante de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) desde su inicio en 1973. Su experiencia sindicalista y el trabajo de base consecuente, le permitió bajo su influjo, a los trabajadores de subterráneos, paralizar sus actividades y organizar huelgas encubiertas en pleno terrorismo de Estado, tan solo unos meses después de ser entronizado el general Videla en la primera magistratura. Fue secuestrado-desaparecido el 10 de marzo de 1977 en la esquina palermitana de Coronel Díaz y Santa Fe. Dejó dos hijas: María Eva y Susana Beatriz.