Nacido en España. Como anarco-sindicalista tomó parte de la guerra civil española en defensa del bando republicano. Llegado a la Argentina laburó fuerte en el transporte, siendo elegido delegado sindical y luego dirigente de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), lo que le permitió a su vez luego acceder al cargo de secretario administrativo (Tesorero) de la Confederación General del Trabajo (CGT). Obrero peronista formó parte del séquito íntimo de Eva Perón, siendo su hombre de confianza y consejero permanente en temas sindicales. Por ejemplo, cuando Evita adquirió armas en los Países Bajos europeos para conformar las milicias de la CGT, ya que no tenía confianza en las FF.AA. para la defensa del presidente constitucional Juan Domingo Perón ante un ataque de los gorilas, como lamentablemente sucedió luego. Caído el gobierno peronista en setiembre de 1955, Santín fue detenido y alojado en la colonia penal de Santa Rosa, La Pampa y allí podía vérselo ensimismado en su trabajo de tejer bolsas de mercado con hilos de plástico con el propósito de venderlas y acercar dinero a su familia. Hombre honesto y sin mácula alguna, debió dedicarse a este menester a pesar de que por sus manos pasaron millones de pesos cuando era tesorero de la CGT. Quien dio con la palabra justa para homenajearlo fue nuestro poeta Fermín Chávez cuando escribió: “Qué nombre su Isaías compañero, para la Biblia de la CGT”.