Falleció a los 72 años en diciembre de 2014. Nacido en 1942, fue un brillante matemático (doctor en Economía), además de escritor, intelectual y militante del proyecto nacional y popular, donde nuestro pueblo se encolumna, siempre, detrás de las banderas históricas del Peronismo. También fue gestor cultural, historiador, periodista y poeta, publicando –si se suma todas las disciplinas que abordó- un total 15 libros. Ocupó los cargos de decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA en la “gestión Puiggrós” (1973) y fue más tarde director de la Biblioteca Nacional (1997-2000) y del Fondo Nacional de las Artes (1989). También asesor de la Cámara de Senadores de la Nación. Precisamente sobre su paso por el decanato de Económicas aún se recuerda el gesto que tuvo cuando al asumir su cargo remató los viejos muebles suntuosos de la facultad –ligados a la oligarquía y a la élite universitaria adherida a esa clase social parásita- y con ese dinero, compró sillas y mesas (utilitarias, de fórmica) que hacían falta para que los estudiantes se pudieran sentar en las aulas y además con el resto del efectivo pudo becar a una cantidad de alumnos pobres, que si no, de ninguna otra manera podrían haber ingresado a esa casa de altos estudios y en el mismo ámbito fue un duro cuestionador de los profesores de esa facultad ligados a las grandes corporaciones monopólicas extranjeras. Apoyó al kirchnerismo desde sus orígenes al advertir en el mismo un proyecto transformador a través de un modelo de crecimiento con inclusión social. Recuerdo además –yo trabajaba allí- que como Director de la Biblioteca Nacional resistió a medidas inadecuadas de traslados de libros formativos de su acervo histórico a otros lugares.