Nacido en Corrientes el 14 de febrero de 1898. Campeón amateur de box en 1921. Realizó estudios universitarios en Ingeniería Civil en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Se perfeccionó en la Facultad parisina de La Sorbona. Luego de publicar en 1918 el libro “Errores que afectan a la taquimetría” y recibirse un año más tarde de agrimensor, volcó sus esfuerzos al periodismo, la literatura, la crítica teatral y las ciencias sociales. Con posterioridad, en 1936, publicó “Política Británica en el Río de la Plata” y al año siguiente el folleto “Los ferrocarriles, factor primordial de la independencia nacional”. A posteriori se hizo famoso con su obra “El hombre que está solo y espera”, con la que logró gran notoriedad, respeto y trascendencia. (En una línea de ese medular trabajo afirmará: “Nuestro país debe emprender la reconquista de lo elemental, purgarse de sabidurías”). Puede decirse de Scalabrini Ortíz que fue un paradigma de nacionalismo y argentinidad. Puso su pluma al servicio de la causa nacional y popular y encontró en la oligarquía y el colonialismo a sus enemigos más encarnizados. Consecuente con su pensamiento, en 1935 se sumó a la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA) siendo su principal ideólogo. Gracias a su prédica, resaltada y reconocida por el propio Perón, en 1948 se logrará la nacionalización de los ferrocarriles. Luego de la toma por asalto del poder, en 1955, por la “Revolución Fusiladora”, Scalabrini Ortíz dará batalla desde las páginas de la revista “Qué”: “No es ciertamente infecundo el gobierno de facto (…) En los dos años corridos ha desvalorizado la moneda argentina a menos de la mitad de su valor, ha liquidado el IAPI, ha dado los primeros pasos para perfeccionar el monopolio de la CADE, ha abrogado la Constitución de 1949 y su artículo 40, ha rescindido la mayor parte de los convenios comerciales, ha drenado el oro y ha reducido su existencia a menos de la mitad, ha desmantelado la organización de los productores, ha anarquizado la CGT, ha hecho descender el nivel de vida medio, ha regalado a los bancos el manejo discrecional de varias decenas de millones de pesos propiedad de los ahorristas y ha cegado la fuente natural del crédito de los industriales, condenándolos a muerte por inanición a corto plazo”. El 30 de mayo de 1959 un cáncer se lo llevó de este mundo; pero su pensamiento esclarecido y su ejemplo de vida permanece más sólido que nunca en nuestro presente de cambios y realizaciones.