Roberto
Baschetti

Schiaffino, Juan Carlos

“Barba”. No aparece en ningún dato o registro de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) o página web alguna. Sin embargo, Ricardo Grassi en su excelente libro “Periodismo sin aliento”, editado en 2015 y en donde pasa revista a su propia vida de militante y periodista, en la publicación semanal de la Juventud Peronista “El Descamisado”, lo recupera a Schiaffino del anonimato y del olvido, a partir de las amenazas y acciones de hostigamiento efectuadas por bandas de derecha y matones a ese medio gráfico. Dice así: “Los visitantes antes de entrar tendrían que tocar el timbre e identificarse. Fue el primer resultado de la llegada del ‘grupo de seguridad’: ‘Raquel’, la jefa y ‘Barba’ Juan Carlos Schiaffino, a quienes después se sumaron ‘Discepolín’ y ‘El Pampa’ para organizar turnos que cubrieran las 24 horas. Enviados por Montoneros, Raquel y Barba llegaron con un plan preciso: dotar al edificio de medidas de seguridad mínimas, hacer un plan para evacuar la casa y que ante la posibilidad de un ataque parapolicial hubiera gente capacitada para dar una respuesta (…) Las armas largas no podían estar a la vista ni apoyadas en cualquier ángulo, por lo que Raquel y Barba decidieron hacer ‘embutes’ como se llamaba a los escondites camuflados; uno en la bañadera y otro debajo de la escalera que llevaba a la terraza (…) Con el tiempo nuestros guardianes tendrían distintos destinos. Barba se pasó al ERP y murió en un combate con el Ejército. Al salir de la cárcel, donde estuvo encerrada con la madre del Barba, Raquel se convirtió en una empresaria exitosa”.