Roberto
Baschetti

Severino, María del Rosario

“Chiche”. Nació en la ciudad de Buenos Aires el 4 de julio de 1938. A los doce años tuvo su primer contacto con la política a través de la primigenia Unión de Estudiantes Secundarios (UES) durante el primer gobierno peronista. Luego se sumó ya en los ’70 a la Juventud Universitaria Peronista (JUP) en la Universidad de Buenos Aires donde estudió Contaduría. También aportó a las huestes de la Juventud Peronista (JP) al desempeñarse como presidenta de una Junta Vecinal en Avellaneda hasta 1977. Es factible que al desarrollar ese rol tuviese un paso por el partido Peronista Auténtico (PPA). Al año de entronizada la dictadura militar –ese 1977- dejó Buenos Aires y arribó a Bariloche entrando a trabajar en la Municipalidad del lugar, en el Departamento de Catastro como administrativa, lógicamente con un perfil más que bajo. Al poco tiempo (en 1981, principio de la dictadura en retirada), junto a su marido Guillermo Costa y Jorge Pérez –otro peronista huido de Buenos Aires- comenzaron a trabajar con el fin de recuperar el sindicato de empleados de la comuna barilochense: SOyEM, o sea, el Sindicato de Obreros y Empleados Municipales de la ciudad de San Carlos de Bariloche. Con “Chiche” a la cabeza, el gremio legitimó su pertenencia a la CGT Seccional Bariloche y Zona Andina, donde ella ocupó cargos directivos. Pero no se hizo por entonces, un acercamiento a la central obrera nacional debido a las críticas que caían sobre sus cúpulas, siempre visualizadas de pactar acuerdos con el gobierno dictatorial. En 1983, Severino ocupó el cargo de Secretaria Gremial en el gremio y comenzó una labor encomiable. A fines de los ’80, el SOyEM se consolidó a nivel económico y organizativo, siendo una de las fuerzas más importantes a nivel gremial y de la mano de este fortalecimiento, en 1987, impulsó conjuntamente con la CGT rionegrina la candidatura de María del Rosario Severino por el Partido Justicialista (PJ) para un cargo como diputada nacional para la provincia rionegrina. Lo logró siendo la única mujer que formaba parte de la conducción de la CGT provincial. Doble mérito. En el cargo, ella fue un baluarte en la tarea de visibilizar la participación femenina en la actividad sindical, reflexionar sobre las problemáticas de género, las diferencias laborales que ello acarreaba y en la búsqueda de caminos para lograr la ansiada igualdad, es decir, igual trabajo implica igual salario. Fue una pionera en la materia si se recuerda que recién en 1992 se creó el Instituto de la Mujer en la CGT para atender las demandas de género. En 1991, el gremio volvió a apoyar una candidatura de Severino, pero ahora para ser Intendenta de Bariloche. Ella se impuso por estrecho margen y asumió el cargo en diciembre de 1991, siendo lógicamente, la primera mujer elegida como jefa comunal en toda la historia de Bariloche. Dos de sus logros sociales fueron la implementación del programa de las “Madres Cuidadoras”, las cuales eran elegidas por las trabajadoras de los barrios para el cuidado de sus hijos; y la creación de la “Casita de la Madre Soltera”, destinada a las mujeres que sufrían casos de violencia de género. La intendencia de Severino terminó a fines de 1995, desdibujada y marcada por la dañina intervención en la política nacional y regional del menemismo. Luego fue diputada nacional por dos mandatos alejándose del mundo político en el año 2003. Falleció el 8 de febrero de 2019. Cabe acotar que cuando llegó al Sur (1977) lo hizo con sus 2 hijos y 3 sobrinos, debido al secuestro y desaparición de su cuñado Eduardo Costa (ver su registro) y la esposa de éste, María Ayala, aunque la mujer luego recuperó la libertad.