“Negro”. En el ámbito de la militancia le decían “Cantalicio” porque era morocho de labios gruesos. Su padre fue secretario del gremio de aceiteros (STADICA) y después diputado nacional por el Frente Justicialista de Liberación Nacional (FREJULI) desde marzo de 1973 y hasta el golpe cívico-militar del ’76. Antonio Inocencio Silva fue uno de los fundadores de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en el noroeste argentino. Nació el 8 de agosto de 1956 en Resistencia, Chaco. Fue el tercero de cuatro hermanos. Juan Carlos, el mayor, también está secuestrado y desaparecido (ver su registro). Cursó sus estudios secundarios en la Escuela de Comercio, turno tarde y trabajaba en el Correo. Fue secuestrado y desaparecido el 16 de febrero de 1976, en la vía pública de la ciudad de Santa Fe, cuando desde su ciudad natal, acudía a una cita de la conducción nacional, detectada previamente por los represores. Un compañero de militancia recuerda que, siendo muy jóvenes, ambos de 16 años, hicieron juntos un viaje a Buenos Aires para ver la asunción de Cámpora en Plaza de Mayo: “No teníamos dinero, entonces decidimos viajar a dedo, salimos del cruce de Resistencia. Una vez en Rosario nos fuimos hasta un local de la J.P. y con ellos viajamos en tren rumbo a Buenos Aires. Y el 25 de mayo de 1973 nos encontró en la plaza, estábamos realmente felices, sentíamos que pisábamos la historia, éramos dos dentro de la multitud que se había congregado para recibir al gobierno popular luego de 18 años de proscripción del peronismo. En ése momento sentimos que estábamos designados a ser parte activa de la generación del ’70 que luchó hasta las últimas consecuencias por sus ideales”. Además, el 20 de abril de 2022, en una ceremonia presidida por el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, se restituyeron en la vereda del Centro Cultural Kirchner (CCK), ex Correo Argentino-Casa Central, baldosas con nombres de los secuestrados y asesinados en ese gremio de Encotel; Silva entre ellos.