40 años. Nacido en Villaguay, Entre Ríos, el 5 de agosto de 1936. Típico hombre con rasgos del interior de nuestro país, abrazó desde siempre la causa peronista. Era menudo, bajito, bien morocho, pelo algo entrecano, con el infaltable “Jockey”, encendido entre sus labios. El “Negrito” Silva era un tipo sumamente sencillo, con los zapatos gastados de tanto caminar la “yeca”, con sus manos callosas y con restos de pintura por escribir en las paredes del barrio. No le gustaba hablar ni era líder, pero nunca se achicaba en la acción y siempre daba el presente; seguramente como Perón, él hubiera dicho. “Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”. En la coyuntura del ’74 fue un peronista de los que puteaba al “Viejo” y a su entorno, pero creía firmemente en la liberación de nuestro pueblo, con justicia social e independencia económica. Su compañero de militancia el “Canca” Alberto Pites, lo recuerda así: “Ahora te hablo a vos, ‘Negrito’, sé que las cosas no salieron como pensábamos y como queríamos, pero sé que sembramos una semilla muy fuerte que sobrevive con el paso de los años y crece, lentamente, en las futuras generaciones. Tu sacrificio, tu entrega, no fue en vano. Nunca te rendiste al enemigo. El brazo armado de la puta oligarquía’ (como nos decías), no logró eliminar tus pensamientos, ni tus ideas, ni tus convicciones. Ellas están intactas, maravillosamente vigentes… ¡Liberación o dependencia!”. Silva fue desaparecido por la última dictadura militar, el 10 de agosto de 1976 en la vía pública, en el trayecto entre su domicilio y Mataderos.