Roberto
Baschetti

Siryi, Graciela Cristina

“Nani”. “La Turca”. Nació el 2 de septiembre de 1946 en Rosario, provincia de Santa Fe, siendo la menor de tres hijas. Creció en el barrio Alberdi en el seno de una familia que sostenía fuertemente los valores del trabajo y la solidaridad con los semejantes. En el colegio de monjas ella fue muy activa y ya de jovencita en el “Costurero de los Pobres” cosía y preparaba ropa para luego llevarla al Hospital Alberdi que se encontraba pegado al colegio. Y luego a través de su ingreso a la “Acción Católica” –inclusive a través de un coro- conoció otros barrios y otras realidades. Fue lectora de la Biblia y catequista a partir de los 15 años cuando llegó a la villa para acercar la palabra de Dios. Se dio cuenta al poco tiempo que no podría solucionar los problemas existentes de pobreza y marginalidad solamente a través de la religión y de forma individual. Terminó el secundario accediendo al título de maestra. Militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP) y Montoneros. Estudiante en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario, accedió a la licenciatura en esa alta casa de estudios, el 11 de diciembre de 1970 y luego como profesora de Psicología el 19 de abril de 1971. También milito en el Instituto Social Cristiano de Estudios y Acción Política (ISCEAP) y fiel a sus principios éticos y morales se mudó a Santa Fe y se fue a vivir a la villa, a correr la suerte del agredido, allí militaba y hacía pan casero para vivir. Asesinada por la “Triple A”, el 28 de febrero de 1976, en lo que se conoce como “Masacre del Camino de Las Moras” junto a sus compañeras de militancia Olga Teresita Sánchez, María Cristina Mattioli y Gladys Lucía Gómez (ver sus registros); las cuatro con disparos en la cabeza y las manos atadas a la espalda; fueron enterradas en una fosa común, a mil metros de la autopista a Rosario como N.N. Sus restos fueron recuperados e identificados en abril de 2008. Como bien dice su amiga Cristina Moreno “Nani fue un modelo de mujer, supo defender sus ideales hasta las últimas consecuencias, supo dar consuelo y brindar una sonrisa a quien lo necesitara, supo ser solidaria y dar sin esperar recibir nada a cambio, supo cultivar amistades que se perduran más allá del tiempo y de los hechos”.