Nació el 10 de octubre de 1945 en Capital Federal. Su padre era médico. Su madre, Nélida Catalina Ibarra, ama de casa. Ella: Asistente social. Militante montonera, ex esposa del “Flaco Mendicrim” (Horacio Mendizabal. Ver registro de éste). La “Chana” Solimano fue secuestrada el 15 de septiembre de 1979. Como integrante del Grupo 1 de las TEA había vuelto a la Argentina para dar combate a la dictadura militar. Anestesiada, su cuerpo sin vida apareció flotando dentro de un Peugeot 504 rojo, semi hundido en un riacho de Escobar, provincia de Buenos Aires, (como si se tratara de un accidente) junto al cadáver del por entonces su compañero Alfredo José Berliner (Ver su registro), el 27 de noviembre de 1979. Susana Solimano y el “Flaco” Mendizabal, tuvieron un hijo de nombre Martín que la pasó muy mal. Con sus padres asesinados, fue secuestrado un mes y luego creció en una casa donde siempre fue ninguneado. Y separado también de sus hermanos Benjamín Ávila y Diego Mendizábal. Ya más grande en 1994, sorteó un intento de suicidio en Bahía Blanca y realizó varios años de terapia. Contó todo esto en la “Causa Contraofensiva por Crímenes de la Dictadura Cívico-Militar en los años 1979/80”, en junio de 2019. Al fin de su relato recibió aplausos y abrazos por parte de gran parte del público asistente. La canalla dictatorial también es culpable de estas vidas destrozadas y tan difíciles de reconstruir a pleno. Como Martín, dijo, se trata de algo esencial que instrumenta día a día: “Cerrar los ojos, respirar intensamente y salir para delante”. Tiene recuerdos hermosos de su madre: “Ella era protectora de animales, andaba a caballo, con sus perros y con todos sus primos y primas, organizaba los programas de las actividades que hacían cuando pasaban los veranos en el campo, en O’Brien, partido de Bragado. A partir de los 18 años conoce a mi padre y se pone de novia. Yo nazco en el ‘71”.