Roberto
Baschetti

Sosa, Nélida Azucena

“Ángela”. A los 41 años de edad fue detenida-desaparecida por un comando militar, arriba de un avión de Aerolíneas Argentinas próximo a despegar, en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Estaba junto a sus cinco hijos posteriormente liberados. Ocurrió el 18 de febrero de 1977. La patota que invadió la aeronave argumentó tener una orden de detención librada en Tucumán. Se la llevaron al CCD Pozo de Quilmes donde estuvo una semana cautiva, para luego trasladarla a San Miguel de Tucumán, donde se pierde su rastro. Nélida proyectaba juntarse en Venezuela con su marido y padre de sus hijos, Alfredo Forti, que ya estaba allá, exiliado, por la represión imperante. Forti era médico cirujano, subdirector de la Asociación Tucumana de Obras Sociales (desde donde había realizado varias campañas a favor de los más humildes y necesitados) y según un documento de inteligencia de la policía de aquella provincia, con el sobrenombre de “Alonso”, militaba el peronismo montonero. Nélida por su parte, docente en escuelas normales de Tucumán capital y Simoca, estaba conectada a los sectores progresistas de la Iglesia Católica, ligados al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM), como era “La Fraternidad de los Hermanos del Evangelio”; la obra del Hermano Carlos de Foucauld (científico, fraile, monje trapense, ermitaño; asesinado por un delincuente en 1914); e inmersos muchos de sus practicantes, en el proyecto político-social “Cristianos para la Liberación” ligado al peronismo revolucionario. Una vuelta de tuerca en esta historia, ocurrió el 13 de diciembre de 2011, al comenzar el segundo mandato de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Al ser puesto en funciones al frente de la Secretaría de Asuntos Internacionales de la Cartera de Defensa, Alfredo Forti (hijo) -el mismo que tenía 16 años cuando secuestraron a Nélida- asumió su cargo jurando por la Patria, por su Madre y por los 30.000 desaparecidos.